La esperanza de encontrar con vida a los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero, en el pasado mes de septiembre se desvanece día tras día, y es que los descubrimientos de fosas comunes, con cuerpos que no son los de los estudiantes, así como las detenciones en este caso ya no sólo tiene a la ciudad de Iguala sumida en el dolor y la indignación sino a todo México, y el mundo.
Después del ataque contra los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, en el país “nada podrá ser igual”, aseveró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.
“Después de lo que hemos visto y lo que aún no sabemos, tiene que dejarnos una profunda huella de inconformidad e indignación por los asesinatos, desapariciones, lesionados y afectación de derechos cometidos desde las estructuras que deberían tener como responsabilidad ofrecer garantías de seguridad a la población”, planteó.
Al referirse a estos hechos suscitados la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, que dejaron un saldo de seis personas asesinadas –tres de ellos normalistas—, 43 alumnos de esa escuela desaparecidos y una veintena de heridos, Narro Robles indicó que hoy el país está frente a momentos en los que se confunden tareas y responsabilidades que deberían estar bien definidas.
Habla un padre
“No sabíamos la cruda realidad que se estaba viviendo en México; yo veía en la televisión que secuestraban, pero nunca pensé que me iba a tocar a mí”, dice don Mario, hojalatero de Tlaxcala (en el centro del país) y padre de uno de los 43 desaparecidos de Iguala, César, de 19 años.
“Aquí se viene uno a enterar de muchas cosas: que hay fosas con cientos de muertos y que van a encontrar miles con más miles de muertos… Es mi México desnudo. Pero yo sólo le ruego a Dios que mi hijo esté bien y nos los regrese porque este dolor es demasiado terrible, estamos acabados y ahora ya también indignados y enojados”.
«Faltan balas para matarnos a todos»
“Faltan balas para matarnos a todos”, “Si no hay justicia para el pueblo no habrá paz para el Gobierno” y el ya tradicional “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Los gritos resonaban en el turístico enclave, convertido ahora en una de las ciudades más violentas de México y se repitieron a menor escala en otros puntos del país.
Supuesto responsable se suicida
El 14 de octubre se conoció que el líder de la organización criminal Guerreros Unidos, que podría ser la responsable del secuestro de los jóvenes, en el estado mexicano de Morelos, Benjamín Mondragón, «se suicidó» para no ser capturado por la Policía Federal (PF).
Tras un enfrentamiento con agentes federales en la localidad de Jiutepec, el jefe de Guerreros Unidos en el estado de Morelos se disparó «para no ser detenido», dijo una fuente de la PF.
El 5 de octubre pasado, el fiscal de Guerrero, Iñaky Blanco, indicó que la Policía Municipal estaba infiltrada por esa agrupación criminal que surgió en 2011 como una escisión del cártel de los hermanos Beltrán Leyva.
«Horror y vergüenza»
Después de ocho años de feroz lucha contra el narcotráfico, la sociedad mexicana está habituada a todo tipo de atrocidades, pero este crimen ha impactado al país y al mundo entero. Los reclamos han llegado desde Estados Unidos hasta organismos como la ONU.
Los mexicanos sienten «horror y vergüenza ante el mundo«, dijo a la AFP Roy Campos, presidente de la encuestadora Consulta Mitofsky.
«Pero el principal sentimiento no es ni siquiera de un incremento de la inseguridad sino un deterioro de la imagen de la actividad política. Porque lo que se ha evidenciado es una convivencia entre las mafias y la política», recalca Campos.
La indignación alcanza a funcionarios de todos los niveles. El gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, es acusado de no enfrentar al crimen organizado que atemoriza su región.
Y al gobierno federal se le señala de no haber actuado antes en Iguala pese a que los indicios de infiltración del cártel alcanzaban a la esposa del alcalde, hermana de tres narcotraficantes.
Peña Nieto recalcó el miércoles que este crimen es «un momento de prueba para las instituciones y la sociedad mexicana en su conjunto».
Desde La Plaza / La Tercera-Economista-Mundo-CNN/ JT