La mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, fue cerrada a todos los fieles por primera vez desde 1967, una medida calificada por el líder palestino, Mahmud Abbás, de «declaración de guerra».
Tanto los fieles judíos como los musulmanes tendrán prohibido visitar el sitio «hasta nuevo aviso», dijo el ministro de Seguridad Pública de Israel. El cierre de la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del islam, siguió al asesinato de un activista judío de extrema derecha, Yehuda Glick, el miércoles.
Glick abogaba por un mayor acceso para los judíos al Monte del Templo, el lugar más sagrado para el judaísmo y donde se encuentra la mezquita, junto con la Cúpula de la Roca.
Glick, de nacionalidad estadounidense, recibió tres tiros a la salida del centro Menachen Begin tras dar una conferencia sobre el Monte del Templo, donde los judíos creen que estuvo el santuario destruido hace 2.000 años por el emperador Tito y donde ahora se levanta la mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado del islam.
Según se pudo comprobar, anoche, sobre las 22.30 horas llegaron a la zona varias ambulancias y carros de Policía, que acordonaron el recinto e iniciaron las pertinentes pesquisas para dilucidar si se trataba de un crimen político.
Testigos citados por la página web «Walla» explicaron por su parte, que un hombre se había acercado a Glick al término de la conferencia, le pidió que se identificara y le descerrajó tres tiros a escasa distancia.
Desde la Plaza/RT/AMH