Un día como hoy hace 63 años el Comandante de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, asume su propia defensa en el juicio por la toma del cuartel Moncada, donde pronuncia el histórico discurso ‘La historia me absolverá’.
Denunciando con crudeza y sin tapujos los desmanes de la sangrienta tiranía de Fulgencio Batista Zaldívar, que sumó a su extensa lista de abusos y atropellos el asesinato de un numeroso grupo de los asaltantes del cuartel Moncada.
Fidel también señala en si discurso lo que considera los males de la Cuba de entonces, resumidos en seis problemas fundamentales: El problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud.
Fidel en su alegato hace pública las cinco leyes revolucionarias que serían proclamadas de inmediato, de haberse tomado el Moncada, y con ellas hizo un pronunciamiento, igualmente inusitado en aquel año, el cual decía textualmente:
“Se declaraba además, que la política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente y que los perseguidos políticos por las sangrientas tiranías que oprimen a naciones hermanas, encontrarían en la Patria de Martí, no como hoy, persecución, hambre y traición, sino asilo generoso, hermandad y pan. Cuba debía ser baluarte de la libertad y no eslabón vergonzoso de despotismo”.
Las cinco leyes enunciadas por Fidel se referían a:
1.- A la devolución al pueblo de la soberanía expresada en la Constitución de la República, defenestrada por el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 perpetrado por Batista.
2.- Al derecho de la tierra de todos los colonos, subcolonos, arrendatarios y aparceros y también a la necesidad de organizar cooperativas agrícolas.
3.- La Reforma Agraria tendría la prioridad.
4.- Una ley que beneficiaba a los obreros y los hacía copropietarios de la industria y para los colonos azucareros había otros preceptos puntuales que los beneficiaban.
5.- Una ley que ordenaba la confiscación de todos los bienes de todos los malversadores de todos los gobiernos y a sus causahabientes.
Fidel concluyó su alegato diciendo estas celebres palabras: «Condenadme, no importa, la historia me absolverá».
Tras 22 meses de prisión fue liberado durante la amnistía general de mayo de 1955. Meses después se exilió en Estados Unidos y finalmente en México, donde volvería para materializar su lucha por los pueblos.
Aquí su alegato completo el día de su juicio
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=2491
DesdeLaPlaza.com/Agencias/Rubén Scorche