¡Aumentó la gasolina! Y sí, lo decimos con signos de exclamación porque era una medida que la mayoría –me atrevo a afirmar- estábamos esperando desde algún tiempo. Al fin llegó el anuncio y ahora nos tocará preparar el bolsillo para afrontar esta medida.
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En primera instancia podemos pensar en quienes tienen su vehículo particular, pero también hay que pensar en el transeúnte que utiliza el transporte público y luego habrá que revisar cómo las empresas de distribución y transporte buscarán agregar a sus estructuras de costos los nuevos precios del combustible.
1.- ¿Era necesario?
Sí, un rotundo sí. El ajuste en el precio de la gasolina era necesario hace algún tiempo ya, sin embargo, llega un momento muy apropiado dada la situación económica que vive el país por la abrupta baja del precio del petróleo, sin agregar los embates de la guerra económica.
La cosa quedó así:
- La gasolina de 91 octanos pasó de costar Bs. 0,07 a costar Bs.1. Esto representa un aumento del 1.300%.
- Por su parte la de 95 octanos pasó de Bs. 0,097 a Bs.6. Esto representa un aumento de más del 6.000%.
2.- ¿Y por qué era necesario?
Hay varios elementos a considerar a la hora de analizar la relevancia de aumentar la tarifa del combustible y los beneficios que puede traer a la economía del país:
- La pérdida por el subsidio: Como afirmó el presidente Maduro cuando realizó el anuncio, llegó la hora de “cobrar la gasolina, estábamos pagando por echarla”. Ciertamente, el subsidio acumulado desde 2012 hasta 2015 alcanza los 29 mil millones de dólares. ¿Saben cuánto ha pagado Venezuela de deuda en ese mismo periodo?: 30 mil millones de dólares.
- Otra garantía de la inversión social: Maduro afirmó que las ganancias del nuevo sistema de precios de la gasolina serán depositados en el Fondo Nacional de Misiones. Aseguró además que el 30% de ese monto estará dirigido a la Misión Transporte. Por cierto otra cifra para que hagamos una comparación: lo que le costó el subsidio al país en los últimos años (30 mil millones de dólares) es cerca de la mitad de la inversión total de la Gran Misión Vivienda Venezuela desde 2011 (73 mil millones de dólares).
- Golpe al contrabando: Es histórico, en la frontera con Colombia es casi rutinario el contrabando de extracción del combustible hacia tierras neogranadinas. Pero esta situación se ha agravado en los últimos años pues el diferencial de precios era altísimo: Hablando en moneda colombiana, en Venezuela un litro costaba 29 pesos y en el vecino país se vendía a más de 2 mil pesos. A esa tasa, cualquier contrabandista hacía fácilmente 500 dólares a la semana. Ahora, con un tanque promedio (43 litros) que puede llegar a costar 1.700 pesos colombianos, las cuentas cambian.
3.- ¿Por qué ahora y no antes?
Como ya dijimos, era necesario desde hace tiempo. Sin embargo en este momento se hace crucial debido al impulso que necesita la economía nacional y cómo estos ingresos pueden beneficiar para ello.
La encuestadora Hinterlaces afirmó en un estudio reciente que el 53% de la población estaría de acuerdo con un ajuste de las tarifas. Sin embargo, el primer mandatario afirmó que “en 2015, aunque había apoyo mayoritario para implementar el nuevo sistema de precios de gasolina, era evidente que grupos de violentos guarimberos tenían montado su plan para convertirlo en parte de la campaña electoral y de violencia en el país”.
4.- ¿Qué debe vigilar el gobierno?
Al principio del artículo hablamos sobre cómo podrían incrementarse los costos del transporte público o de las rutas de distribución (de alimentos, por ejemplo). Debemos tener en cuenta que este tipo de vehículos utilizan diésel como combustible –que no fue aumentado- sin embargo, debemos estar vigilantes pues seguro tampoco faltará quien quiera aumentar el pasaje por el “aumento de la gasolina”. El caso de los taxis es otro a tener sobre la mira, tarifas que no son nada solidarias desde hace un tiempo.
5.- ¿Vamos a ser más eficiente en el consumo de la gasolina?
El precio de la gasolina de 95 octanos aumentó en más de 6.000%, pero no debemos perder esto de vista: el combustible venezolano sigue siendo el más barato del mundo. El hecho de pagar 5 bolívares por un tanque nos ha imposibilitado de tomar conciencia sobre el consumo. En países europeos a la hora de adquirir un carro, la gente se fija en el rendimiento del vehículo pues allá un tanque les puede costar hasta 60 dólares (saquen sus cuentas al tipo de cambio que mejor les parezca).
Que el venezolano se vaya a hacer más consciente o eficiente en el consumo del combustible parece una quimera, al menos por ahora. Pero algo sí es cierto: tenemos ese dinero en el bolsillo para cubrir ese gasto. Tal vez podamos considerar realmente que nuestro vehículo no necesita gasolina de 95 octanos sino de 91. Hagan la prueba, al menos el 70% de los vehículos tipo sedan fabricados luego del año 2000 van bien así.
DesdeLaPlaza.com/Simón Herrera