El 27 de abril de 2010 se rompió el paradigma de que las nuevas tecnologías eran algo exclusivo de las grandes corporaciones y de la burguesía (real y desclasada), de las frívolas conversaciones, del marketing, de los bussiness y de la farándula en las redes. Ese día pasamos a recibir un vendaval de amores, verdades y luchas.
El veguero de Sabaneta, el Arañero, el Tribilín, el soñador enamorado… el Comandante, pasaba a la vanguardia del universo de los 140 caracteres, cumpliendo en pleno su arquetipo sublime con su pseudónimo: “Candanga” (el mismo adjetivo que le damos a esos carajitos implacablemente tremendos).
Más allá de convertirse en fuente de información del inmediatismo voráz de los -ultra uff- periodistas digitales, abrió un camino para que la población históricamente excluida de las tecnologías y que ya contaba con acceso a internet, pudiera expresarse de igual a igual en aquel espacio cibernético.
La maestría de la palabra, contenida en sus magistrales y extensos discursos, la podía resumir en dos frases de un tuit. La fuerza de una historia, de una Revolución, la teníamos en el breve espacio de nuestras pantallas móviles.
Y desde allí comenzamos esa media noche, de 27 para 28, formando al colectivo chavista 2.0 como una gran unidad, haciendo de las redes un espacio de lucha, donde hemos dado toda la batalla, para llegar a la victoria.
DesdeLaPlaza.com/CO/AMH