Hace 15 años, el país vivió un momento que quedó marcado por siempre en su historia, un hecho que contrapuso en la balanza social el rechazo y la aceptación por la revolución bolivariana cuando esta apenas ascendía a su tercer año.
El 11 de abril de 2002, el sector opositor de la población marchaba como medida de presión para sacar a Hugo Chávez de la presidencia, desencadenando en un golpe de Estado contra el mandatario constitucional –que todo indica como planificado- ya que estuvo antecedido cronológicamente por un paro petrolero, una huelga nacional y casi 20 horas de protestas, saqueos, zozobra y represión.
Ese día muchos hogares venezolanos enlutaron por la rebelión en las calles, que dejó 19 fallecidos y 118 heridos, cifra que recrudeció tras los días 12 y 13 de abril.
Venezuela estaba en proceso un Golpe de Estado
Tras los eventos violentos del 11 de abril, la madrugada del 12 de abril el presidente Hugo Chávez se entrega y renuncia para evitar más muertes, al menos eso era lo que afirmaban los medios de comunicación privados y el alto mando militar.
Chávez, en su última alocución, en cadena nacional unas horas antes, había mandado a activar el Plan Ávila, un plan especial de las Fuerzas Armadas venezolanas cuando hay una conmoción interna que amenaza la estabilidad y seguridad nacional.
Al siguiente día, el entonces presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, se autojuramentó presidente de Venezuela, disolvió a todos los poderes constituidos, derogó la Constitución de 1999, 49 leyes habilitantes, además suspendió los convenios de cooperación de Venezuela con Cuba y le cambió el nombre al país. Venezuela estaba en proceso un Golpe de Estado.
Muchos fueron los disturbios y enfrentamientos del pueblo exigiendo en la calle la vuelta de su presidente que se encontraba en La Orchila, preso e incomunicado.
Mientras tanto, embajadas atacadas, violaciones de convenios internacionales y a la inmunidad diplomática, representantes y líderes del gobierno revolucionario sufrieron violaciones de derechos humanos.
“Y mientras, los policías no hacían nada. Destruían los carros, los lanzaron dentro de la embajada, les cortaron la electricidad y el agua, pusieron en riesgo sus vidas”, cita teleSUR en un artículo del año 2012 al entonces embajador cubano en Caracas, Germán Sánchez.
“¡Queremos a Chávez!”, “¡Chávez no renunció, lo tienen secuestrado!”
Grito que permitió que el 14 de abril a las 2:50 am una luz resplandeciera en el helipuerto del Palacio de Miraflores, que se encontraba rodeado de pueblo que ondeaba banderas de Venezuela y gritaba ¡volvió, volvió, volvió!
Se sentía los resultados de la explosión del pueblo en la calle. Fue cuando Chávez reiteró que había estado incomunicado y pidió al pueblo volver a sus casas.
No he renunciado
La imagen:
«No he renunciado al poder legítimo que el pueblo me dio», escribió Chávez en una rudimentaria nota en una base naval de Turiamo, al norte del país, desde donde fue trasladado a La Orchila.
Las caras del golpe:
DesdeLaPlaza.com