Hacerse una foto y compartirla en diferentes redes sociales es algo ya obligatorio para cierto sector de la juventud que no entiende la red sin una instantánea propia. Boquita de pato para ellas y tableta en ciernes para ellos, que ven su vanidad satisfecha a golpe de Me gusta. Pues bien, los fabricantes no son ajenos a esta fiebre y la cámara frontal, que en su día vio la luz para las prácticas videollamadas, está conociendo su edad de oro gracias a esta nueva plaga y ahora es Microsoft el que planea un golpe de calado en el mercado.
Hasta la fecha, las principales marcas se han esforzado en aumentar el número de megapíxels de la cámara trasera de los móviles, y esta carrera tenía su lógica: las cámaras compactas han sido engullidas sin piedad por la conveniencia de los móviles. Y así, cuando salía un nuevo smartphone al mercado lo primero que hacíamos era correr a conocer las características de la cámara.
La frontal siempre era ese componente incómodo que había que leer de un vistazo, ya que su capacidad era la suficiente para cubrir el expediente: videollamadas y alguna que otra autofoto sin mayores ambiciones. Pero como apuntamos, las tornas se han cambiado y Nokiasoft viene dispuesta a pegar un buen mordisco al segmento de los selfies con un Lumia muy equilibrado y confeccionado a medida del usuario más joven.
Hay que reconocer que los de Espoo no serán los primeros en atacar sin disimulos a este mercado, y de hecho, Sony ya presentó su Xperia C3 como “el mejor smartphone del mundo para selfies”, pero los de Nadella van a por todas y la nueva criatura de la casa cuenta con sólidos argumentos para hacer pupa en el mercado.