El jamaicano Usain Bolt demostró que es el mejor velocista de la historia. El deportista no acusó a sus problemas físicos a la mala salida en las semifinales del Mundial de Atletismo de Pekín, debido que el Rayo Bolt reivindicó su trono, sacó su talento y superó al de EEUU, que se quedó sin aire en los metros finales.
Gatlin llegaba a Pekín con el mejor tiempo del año en la prueba reina, 9.74. “Es difícil no ver lo que hace Gatlin. Veo lo que hace, pero no me preocupa”, dijo Bolt días antes de llegar a Pekín.
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Los genios aparecen en los momentos de necesidad y ahí estaba Bolt para refrendarlo. Soy el número 1, gritó tras pasar la meta.
El elenco de velocistas, ampliado a nueve en la final por igualdad de tiempos en las semifinales en la última posición que da acceso a la pelea por el oro, nunca había sido de tanto nivel en una misma prueba.
Junto a los ya mencionados, los jóvenes Andre de Grasse y Trayvon Bromell compartieron bronce con un tiempo de 9.92 y presentaron su candidatura para ser los dominadores de los 100 lisos en la próxima década.
Por detrás quedaron Tyson Gay y Asafa Powell en una carrera que por atletas, ruido mediático y resurgir del rey de la velocidad está considerada ya por muchos como la mejor de los 100 metros de la historia.
Con esta victoria, el legado de Bolt no tiene límites -seis medallas olímpicas y nueve en campeonatos del mundo- y ataja las dudas que había sembrado con su estado físico respecto a que pueda repetir su hegemonía en la próxima cita olímpica en 2016 en Río de Janeiro.
Bolt destrona así a Carl Lewis al conquistar su décima medalla de oro en los Mundiales y se convierte en atleta con más medallas de oro en la historia de los mundiales de atletismo.
DesdeLaPlaza.com/El Periódico/MD