El pasado 24 de septiembre, Luis Suárez anotó dos tantos en la victoria del filial azulgrana al sub19 de Indonesia. Esos fueron sus primeros goles vestido con la camiseta del Barcelona. Pero, más allá de su regreso a los terrenos, de su innegable instinto goleador y de sus grandes capacidades como jugador, la noticia radicó en su cuestionable estado de forma físico.
El delantero uruguayo se mostró en el encuentro con algún kilo de más. Para disgusto del Barcelona, las imágenes, lejos de guardarse en el baúl de los recuerdos, han dado la vuelta al mundo y un buen número de medios internacionales se han hecho eco de la noticia.
El supuesto sobrepeso de Luis Suárez se ha convertido en un fenómeno en países como Perú, donde la prensa local se ha mofado del peso delantero mediante el uso de técnicas de fotomontaje. Allí se hacían eco de algunas declaraciones que se escribieron en España: «Ahora le sobran algunos kilos y tiene papada». Al lado, una fotografía acompaña el texto con un Luis Suárez de dimensiones desproporcionadas, obeso.
El debate está sobre la mesa, hasta el punto de que Luis Enrique, técnico del equipo catalán, aseguró el otro día que «está en su peso, controlado al milímetro y, desde luego, listo para la competición. De todas formas, nunca lo he visto chupadito, ni cuando estaba en el Liverpool. Lo que parece claro es que no necesita una liposucción», declaró entre risas. El debate, más que nunca, está servido.
Desde la Plaza/ABC/AMH