Los Tiburones de La Guaira celebraron su clasificación a la postemporada en territorio valenciano el mes pasado; sin embargo, la novena escuala se rehúso a devolver el favor anoche, cuando postergaron la celebración de los Navegantes del Magallanes al superarlos 6 carreras por una en la UCV.Los litoralenses, que sumaron su décimo triunfo de la segunda mitad y siguen firmes en su misión de escalar posiciones en la tabla, derrotaron a los eléctricos por quinta ocasión en seis intentos esta campaña, lo que les permitió asegurar la serie particular ante ellos esta zafra y evitó que los dirigidos por Carlos García pudieran materializar su clasificación a enero, cuando menos momentáneamente.

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La victoria de los salados estuvo protagonizada por un par de personajes con poco tiempo en escena recientemente y es que Brian Burgamy y José González se llevaron los máximos honores en la velada.“No sé si es una sorpresa”, comentó el mánager Buddy Bailey al respecto. “Ambos tuvieron un tiempo sin ver acción, pero José había estado conectando bien la bola en los turnos que recibía y Burgamy acumuló varios viajes al plato en la Paralela antes de volver”.

Burgamy, quien regresó al róster luego de un par de semanas fuera con problemas en el hombro, terminó la jornada de 4-2 con una remolcada, mientras que González, relegado a un rol de tercer receptor desde su llegada, ligó de 4-2 con impulsada y anotada.

“Me sentí bien, pero todavía hay algunas cosas que me gustaría hacer mejor”, aseguró Burgamy tras el duelo. “Hubo varios pitcheos que fallé y que he debido conectar, pero lo importante es que batallé y el equipo ganó”.

La Guaira picó adelante con una rayita en el segundo capítulo y luego amplió su ventaja con dos más en el quinto, gracias a sencillos de Carlos Sánchez y Burgamy. Posteriormente, los artilleros escualos se hicieron presente en la pizarra otra vez con una en el séptimo y otras dos en el octavo.

“Siempre me he dedicado mucho a la defensa, pero estoy tratando de ayudar al equipo ofensivamente también”, aseguró González, quien sacudió imparable impulsor en dicho octavo acto. “La clave fue tener confianza. Estaba esperando la oportunidad de jugar”.

En el montículo, Junior Guerra trabajó por espacio de cuatro episodios y un tercio en blanco y luego le entregó el testigo a un bullpen que toleró apenas tres hits y una carrera el resto del desafío.

DesdeLaPlaza.com/Lider/MB