El brasileño Ronaldinho, considerado el mejor jugador del mundo en el 2004, cumplirá este fin de semana 35 años envuelto en una racha desfavorable en sus partidos y una imagen poco positiva.
Con unos kilos de más, lento y sin capacidad de liderazgo, “Dinho” ha sido en el Querétaro del fútbol mexicano una imitación pirata del genio que ayudó a Brasil a ser campeón mundial del 2002 y si se mantiene vigente en los diarios ha sido por sus apariciones en fiestas, no por su gracia al tocar la pelota.
Fue el fichaje bomba del pasado torneo Apertura 2014 al cual llegó a mitad de temporada y se ganó un aprobado a secas con tres goles y una asistencia en nueve juegos. Luego de allí, se fue de vacaciones, y cuando sus compañeros comenzaron a entrenar, él no volvió.
Como consecuencia no pudo jugar en los primeros tres encuentros del campeonato y en el cuarto solo apareció durante 29 minutos. El 6 de febrero por fin completó un partido, pero a partir de ahí, no le alcanzó el gas para completar los 90 minutos en el siguiente, y ya el pasado fin de semana ni siquiera apareció en la alineación del técnico Víctor Vucetich, sustituto de Ambriz.
Sus únicos números respetables son los de su salario de casi dos millones de dólares al año porque en la cancha, de los 10 partidos del Querétaro ha jugado solo en cinco, dos completos, y aún no convirtió su primer gol.
DesdeLaPlaza.com/Ovación/NCH