El pulso que mantienen Florentino Pérez y Sergio Ramos puede llevar al traste la continuidad del defensa en el Real Madrid. La negociación para renovar su contrato, que finaliza en 2017, se está eternizando y lejos de acercar posturas, las negociaciones, que se iniciaron hace varios meses, han sufrido varias rupturas y han llegado a un punto en el que no están rotas pero sí colapsadas.
Florentino Pérez se mantiene firme en su decisión de no poner a Ramos al máximo nivel salarial y no atiende a la petición de jugador de percibir 10 millones de euros por temporada. El presidente no piensa ofrecerle más de 7. Y su argumento es que Sergio Ramos habrá cumplido ya los 31 años cuando concluya su actual contrato, en 2017, y ofrecerle 10 millones le parece excesivo.
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El capitán, por su parte, desea quedarse en el Real Madrid y concluir ahí su carrera, pero se mantiene firme y quiere un reconocimiento por parte del club y alcanzar el segundo escalón salarial, que en su día estableció Florentino Pérez, es decir los 10 millones por temporada.
Presión mutua
Las dos partes están enfrentadas y cada una de ellas utiliza sus armas para defender sus intereses. Florentino Pérez muestra un pulso firme y ha empezado a buscar en el mercado jugadores con garantías que cubrirían el hueco que dejaría Sergio Ramos si se acaba marchando. Bonucci, central de la Juventus, es el preferido por el presidente y en Italia incluso apuntan a que podría estar preparando ya una oferta de 30 millones de euros para su fichaje, como ya informaba el viernes Mundo Deportivo. Otamendi, que ya ha manifestado su interés por dejar el Valencia, se ofrece como candidato al puesto que podría dejar vacante Ramos. Florentino Pérez juega sus cartas y le deja claro a Ramos que tiene alternativas.
Por su parte, a Sergio Ramos no le faltarán novias si llega el momento de dejar el Madrid. Un interés firme por ficharle es el del Manchester United, que le pagaría 12 millones de ficha y tiene el suficiente potencial económico para hacer frente a un traspaso,. Su cláusula de rescisión es de 150 millones de euros.
Florentino, harto
El máximo mandatario del Real Madrid no vería mal la marcha de Sergio Ramos, un jugador que acostumbra a echarle pulsos en defensa de sus ideas. Ha defendido a Iker Casillas en la guerra que este mantiene con el club, desde su enfrentamiento con Mourinho. También mostró públicamente su disconformidad con la destitución de Carlo Ancelotti.
A Florentino Pérez, como le ha ocurrido con Casillas, sólo le frena el respaldo que Sergio Ramos tiene de la afición e intentará renovarlo, aunque para él se ha convertido en un problema que desearía quitarse de encima. El desenlace se prolongará probablemente en los próximos meses.
DesdeLaPlaza.com/MundoDeportivo/MB