Cinco días antes de que explotara el escándalo por la detención de altos funcionarios de la FIFA bajo cargos de fraude y corrupción, uno de los candidatos a la presidencia de la federación mundial de fútbol, Luis Figo había declinado a su candidatura al cargo alegando que dicho proceso electoral se trataba de «todo menos una elección».
El exjugador portugués publicó en su muro de Facebook personal, una reflexión en la que explicaba las razones de su renuncia:
«¿Habrá alguien que vea normal que haya elecciones a una de las más relevantes organizaciones del planeta sin un debate público?¿Habrá alguien que vea normal que un candidato ni siquiera presente un programa electoral para el día 29? No debería ser obligatoria la presentación de ese programa para que los presidentes de federaciones sepan lo que votarán?
Sería lo normal, pero el proceso electoral es todo menos una elección».
A continuación el texto completo publicado por el jugador en Facebook:
Mi candidatura a la presidencia de la FIFA fue fruto de una decisión individual, después de oír a mucha gente relevante en el universo del fútbol internacional.
Reuní los apoyos necesarios para presentar mi candidatura, la formalicé y las reacciones del mundo del fútbol fueron tan grandes -tanto las públicas como las privadas- que tomé aún más consciencia que me mi decisión había sido la correcta.
El universo de un deporte que me dio todo lo que soy y al que quise corresponder ahora, fuera del campo, y que además está sediento de cambio. La FIFA necesita un cambio y creo que de forma urgente.
Guiado por ese deseo, respaldado por apoyos formales y por la impresionante oleada de apoyos de jugadores, exjugadores, entrenadores, árbitros y dirigentes de fútbol, elaboré y presenté un programa de acción, un manifiesto electoral para la presidencia de la FIFA.
Viajé y conocí a gente extraordinaria, que reconociendo el valor de muchas de las cosas que se hicieron, también se identifica con esta necesidad de cambio, que limpie a la FIFA del sello de organización oscura y tantas veces vista como un espacio de proclive a la corrupción.
En estos meses no solo noté esas ganas de cambio que he comentado, también presencié, en varios lugares del planeta, episodios consecutivos que han de avergonzar a quienes aspiran a un fútbol libre, limpio y democrático.
Vi a presidentes de federación que un día comparaban a los líderes de la FIFA al Diablo y, en el otro, comparaban desde el estrado a estas mismas personas con Jesús Cristo. Nadie me lo contó. Fui yo mismo que lo presencié.
A los candidatos no les permitieron dirigirse a las federaciones durante los congresos, mientras uno de los candidatos hablaba siempre él solo desde lo alto de una tribuna. No existió un único debate público sobre los programas de cada uno.
¿Habrá alguien que vea normal que haya elecciones a una de las más relevantes organizaciones del planeta sin un debate público?¿Habrá alguien que vea normal que un candidato ni siquiera presente un programa electoral para el día 29? No debería ser obligatoria la presentación de ese programa para que los presidentes de federaciones sepan lo que votarán?
Sería lo normal, pero el proceso electoral es todo menos una elección».
Este proceso es un plebiscito de entrega del poder absoluto a un solo hombre – algo que me niego a aguantar.
Y es por ese motivo, después de meditar de forma individual y compartir opiniones con otros dos candidatos en este proceso, entiendo que lo que sucederá el 29 de mayo en Zúrich no es un acto electoral normal.
Y no siendo así, no cuentan conmigo.
Que quede claro que guardo mucho respeto por todo el universo del fútbol mundial, desde Africa, donde tanto incentivo recibí, a Asia, donde tengo y mantendré grandes relaciones, pasando por Sudamérica, donde una nueva generación gana espacio y por América Central y del Norte, donde tantos fueron silenciados cuando querían hablar y a Oceanía, cuyo desarrollo debía ser visto de otro modo por todos. Y finalmente de Europa, donde sentí espacio para el debate normal y democrático, gracias al impulso del presidente Platini.
A todos agradezco de corazón, porque quiero dejar muy claro que no son ellos la comisión electoral y no son ellos quienes quieren una FIFA cada vez menos fuerte.
Yo, por mi parte, continuo comprometido con las ideas que dejo escritas y divulgadas, mantengo mi convicción de participar activamente en una regeneración de la FIFA y estaré disponible para ella siempre que me demuestren que no vivimos en dictadura.
No tengo miedo de comicios, lo que ocurre es que no pacto ni aguanto un proceso que concluirá el día 29 de mayo y en el que el fútbol no saldrá ganhador.
La decisión está tomada, no disputaré lo que llaman acto electoral para la Presidencia de la FIFA. Agradezco de todo corazón a todos los que me apoyaron y pido que mantengan el deseo regenerador que puede tardar, pero llegará.
Desde La Plaza / AH