Estados Unidos se ha proclamado campeón del Mundial de Baloncesto 2014 tras vencer a Serbia por un contundente 129-92. Los americanos son el mejor equipo del mundo y sería muy inocente creer que algún otro combinado puede plantarles cara, menos aún en una final que determina quien es el mejor.
Durante todo el campeonato los rivales pudieron aguantar a los estadounidenses los primeros tiempos y se desfondaban en el espectacular acelerón que las estrellas NBA imponían en el tercer cuarto.
En la final, los americanos no quisieron dar opción y salieron a matar el partido rápido, demostrar su superioridad y dejar claro que en este deporte el resto de países van un paso por detrás. Un reto no muy complicado cuando en tu equipo juegan hombres como Irving, MVP del mundial, anotador de 26 puntos en el partido en el mismo número de minutos y con un impresionante 6 de 6 en triples.
Serbia sabía de la necesidad de comenzar bien el partido ante un conjunto americano que se hace imposible de alcanzar cuando se coloca por delante del marcador. Bajo la dirección de Teodosic, los serbios conseguían colocarse con un 7-12 en el marcador mediado el primer cuarto, con un juego inteligente que impedía correr a los estadounidenses y con el que sus hombres altos, Faried y Davis, no se sentían cómodos, especialmente la Ceja, que cometió dos faltas en apenas dos minutos.
El problema que tenían los serbios era que, aunque los máximos anotadores americanos hasta ese momento en el Mundial habían sido jugadores interiores y se habían conseguido controlar, tienen a tiradores para remontar cualquier situación. Bastó con dos rachas formidables de Irving y Harden para que los americanos diesen la vuelta al marcador con un espectacular parcial de 15-0 en 2 minutos y 20 segundos que se completó con un 35-21 al final del cuarto, con cinco triples anotados por los estadounidenses en otros tantos intentos.
Los estadounidenses habían llegado a la final con la intención de demostrar su superioridad al mundo, sus hombres se habían puesto el mono de trabajo y querían mantenerse enchufados hasta el final. Serbia tenía un reto imposible, mantenerse enteros ante un rival que sabes que te va a ganar el partido.
Desde la Plaza/La Vanguardia/AMH