El Barcelona no falló en su cita con la historia en Yokohama y se proclamó campeón del mundo tras arrollar a River Plate en la final. Messi inició el camino hacia la gloria y Suárez lo aseguró con un ‘doblete’ que le confirmaba como el claro goleador de este Mundial de Clubes. Y al Barcelona, por si había dudas, como el mejor equipo del mundo.
El partido duró 50 minutos. Fue lo que tardó el Barça en marcar una distancia insalvable para River. Lo hizo, como casi siempre, agarrándose a la inspiración de la MSN. Volvió Messi para desatascar el partido y apareció el pichichi del torneo Suárez para dar el golpe de gracia a River. Lo que vino después fue la lógica rendición de un equipo desbordado por las circunstancias.
Hasta entonces, River ofreció una buena imagen. Intenso, en ocasiones duro, y con el planteamiento táctico muy claro. Cerró la salida de balón a través de Busquets y pegó su mediocampo a las apariciones de Messi entre líneas. Mientras Neymar cogía ritmo y Suárez se desperezaba, River parecía vivir tranquilo. Eso sí, en camp propio.
Con el balón, los del ‘muñeco’ Gallardo ya eran otra cosa. Apenas un par de disparos lejanos no parecían suficiente para amenazar a Bravo. Sin problemas atrás, el Barcelona se armó de paciencia y esperó que decidiesen sus estrellas. Messi avisó a los once minutos pero Barovero sacó una mano prodigiosa para evitar el tanto.
Poco a nada pudo hacer en el siguiente intento de Leo. El argentino controló un pase de Suárez dentro del área y pintó la final de azulgrana. En el control se acomodó ligeramente el balòn con el brazo pero no quedó nada claro que fuese voluntario y, en todo caso, era casi imposible de apreciar. Tan complicado era que los jugadores de River ni siquiera protestaron la jugada.
DesdeLaPlaza.com / MARCA / JT