Un nuevo capítulo en la interminable novela en las sedes del Mundial 2014: hoy le tocó a Porto Alegre, que encara una crucial votación en el Legislativo para financiar sus estructuras temporales, y a Manaos, que necesita unos retoques, aún después de su inauguración.
«Junto al COL (Comité Organizador Local del Mundial) y Brasil encontraremos soluciones para los desafíos restantes», indicó el lunes el secretario general de la FIFA Jerome Valcke en su cuenta en Twitter al llegar a Brasil para una serie de reuniones dedicadas a la espinosa cuestión de los estadios, que se extenderán hasta el jueves.
Cada día se presenta una nueva dificultad en esta faena contra el tiempo, pues el Mundial está a menos de 80 días (12 de junio – 13 de julio).
El Beira Rio de Porto Alegre, inaugurado por la presidenta brasileña Dilma Rousseff, está terminado o casi, pues aún faltan las polémicas estructuras temporales, que servirán para ubicar a la prensa, patrocinantes, seguridad y transmisiones.
«Los alrededores del estadio no están asfaltados», alertó Valcke el 13 de marzo. «Son 140.000 m2, necesita al menos dos a tres meses, y en tres meses es el primer juego. Es una carrera contrareloj no sólo para la FIFA sino para el comité organizador local, el gobierno y la ciudad sede», siguió.
El club Internacional, propietario y responsable de la remodelación del Beira Rio, dijo que no financiaría las instalaciones temporales. Unos días después se cerró un acuerdo financiero entre socios públicos y privados, anunció la FIFA.
Pero el pago no está tan claro. El alcalde de Porto Alegre José Fortunati, expresó su preocupación ante la idea de ser excluidos del torneo por no tener estructuras temporales.
Los términos de financiamiento público de estas instalaciones deben ser aprobadas por el parlamento del estado de Rio Grande do Sul, cuya capital es Porto Alegre. La tendencia es que sean aprobadas, pero en esta novela mundialista nada puede darse por sentado.
El costo total de la remodelación del Beira Rio está estimado en unos 330 millones de reales (USD 143,4 millones al cambio actual).
En Manaos (norte), al otro extremo del país, la Arena de Amazonia, inaugurada el 9 de marzo y altamente elogiada por Valcke el 16 de febrero, tiene aún varios pendientes.
El césped por ejemplo sufrió daños parciales por un fertilizante. «El área afectada es de menos de un metro cuadrado y todo esto pasó hace tres semanas. El defecto ha sido tratado y la hierba replantada para acelerar el proceso de recuperación», dijo un portavoz de los organizadores locales.
Dos juegos test se realizaron en este estadio sin los vestuarios de los equipos o de los árbitros terminados, y antes de la visita de una comisión de la FIFA el lunes.
«Tuvimos muchos problemas de acabados, pedimos a la empresa (de construcción) que mejorara algunas cosas», dijo el coordinador de las obras en Manaos, Miguel Capobianco, al diario deportivo Lance del martes.
Y mientras tanto, ¿qué ocurre en Curitiba ? El estadio más atrasado del Mundial, que incluso recibió un ultimátum de la FIFA, está ahora en un segundo plano por los problemas de los otros escenarios.
Según el diario O Globo, el interior del estadio está casi listo con más de 25.000 sillas instaladas, así como el techo, las pantallas gigantes y el gramado. Y por fuera, aún crudo.
Y este sábado debe recibir su primer partido test… Sin garantías.
Desde La Plaza/ El Espectador/ AG