El Maracanazo: 64 años después
Nadie lo podía creer. Se trataba del Mundial de Fútbol de 1950 que se realizaba en Brasil y el equipo de la casa había llegado a la final para enfrentarse con la oncena uruguaya en Río de Janeiro.
Todo el estadio Maracaná estaba lleno de hinchas brasileños ese 16 de julio: de un total de 203.850 personas, ni siquiera uno por ciento habrá estado a favor de los charrúas.
Fue el Mundial más conocido en la historia. Siempre se pensó que Brasil se titularía ante Uruguay, pero no contaron con que los celestes, en vez de estar cabizbajos, estarían llenos de dignidad gracias a su capitán, Obdulio Varela, quien mantuvo alta el autoestima de cada jugador durante todo el partido.
Brasil lloró
“La copa será nuestra”. Palabras más, palabras menos, abría la prensa brasileña ese día y, por supuesto, ya los editores tenían listos los titulares del 17 de julio dando como victorioso al equipo carioca.
Tanta era la euforia y la convicción de que ganarían el Mundial que ya se habían vendido más de 500 mil camisetas con el estampado: “Brasil campeón 1950”.
Aquel día esas más de 200 mil personas estaban eufóricas en el estadio. Las calles y playas estaban vacías y todos tenían el oído pegado a las radios para escuchar el partido. Claro, después de finalizado, ya había carrozas en las calles preparadas para celebrar el triunfo.
A los 81 segundos del segundo tiempo, Friaca metió un gol que colocaba como ganadores a los brasileños. La cosa se veía difícil para los charrúas, hasta que Pepe Schiaffino, 20 minutos después, anotó el gol del empate. Esto hizo que la oncena brasileña y los fanáticos dejaran a un lado la confianza y comenzaran a sentir miedo.
Fue en el minuto 79 cuando el delantero Alcides Ghiggia puso en silencio a todo el estadio con el segundo gol uruguayo. Como dije al principio: ¡Nadie lo podía creer!
Para el arquero brasileño Moacir Barbosa Nascimento, fue el día más triste de su vida. Se dice que su dolor era tan grande que cuando le regalaron el arco en el que se marcó el segundo tanto de Uruguay, este le echó candela. Asimismo, se comenta que su nombre pasó a ser de mala suerte en Brasil y que en una oportunidad no le dejaron entrar al estadio a saludar al seleccionado carioca. Los brasileños nunca lo perdonaron.
Cuando falleció, a los 79 años en abril de 2000, un diario tituló que fue la segunda muerte de Barbosa. Mientras, Ghiggia fue un héroe en Uruguay. Años después él dijo: “Solo tres personas en la historia han conseguido hacer callar al Maracaná con un solo gesto: el Papa, Frank Sinatra y yo”.
Se dice que a raíz de esto, se registró la ola de suicidios más trágica de la historia.
Sesenta y cuatro años después vuelve Uruguay a Brasil. Muchos esperan que no haya otro Maracanazo y que Brasil obtenga su sexto título mundial. Yo no.
Tomado de Épale CCS