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Copa América: los últimos cuatro

Lo más lindo que le puede pasar al fanático en un campeonato de selecciones es que el campeonato dure todo lo que se pueda. En los mundiales de 32 equipos el todo lo que se pueda es siete partidos. En la Copa América son seis. Seis juegos en veinte días.

En esta Copa América que no es un Mundial pero es como si lo fuera (por la jerarquía de sus protagonistas, por la emoción a flor de piel, por las sorpresas y las permanencias) ya están definidos los cuatro que van a jugar seis partidos: Chile, Perú, Argentina y Paraguay.

Dos van a jugar la añorada final y los otros dos el triste partido por el tercer y cuarto puesto. No hay juego más triste que el del tercer y cuarto puesto. Es el partido de los perdedores, el partido de los dos que soñaron y quisieron pero no pudieron estar en la final. Es un premio consuelo de dudosa gracia.

Aquí postulamos que el partido del tercer y cuarto puesto bien podría definirse por sorteo. A nadie le importa. Nadie lo recuerda. Es posible que el lector y la lectora a esta hora recuerde cuáles fueron las selecciones que jugaron ese partido en el reciente Mundial de Brasil. Sí, fueron el apesadumbrado dueño de casa y Holanda.

¿Y quienes disputaron ese juego en el Mundial de 2010? No busque en Wikipedia. No haga trampa. Dígalo ya. ¿Realmente lo recuerda? No le creo. Así es el partido del tercer y cuarto puesto. Triste, solitario… y olvidado.

Por eso, porque el olvido no es opción, Chile y Perú el lunes y Argentina y Paraguay el martes batallarán por estar en la final del sábado 4 de julio (aquí no entendemos por qué una final se juega un sábado, las finales -al menos en este lado del mundo- deben disputarse los domingos).

Chile debería tenerla fácil ante Perú. Por lo que se mostró y lo que el local necesita y pretende, podemos suponer que La Roja avanzará a la final, siempre jugando en el Estadio Nacional de Santiago.

La otra semifinal será en Concepción. Más al sur, más hacia el frío. En la ciudad histórica de épicas luchas estudiantiles contra la dictadura de Pinochet, Paraguay espera a Argentina. Será en el estadio Alcaldesa Ester Roa Rebolledo (que como el Nacional de Santiago también sirvió de gris centro de torturas en 1973).

Como hincha de la albiceleste por convicción y nacimiento, debo postular que hace un par de décadas que no veo una selección argentina que tenga tantas ganas de ganar. Es que son los mismos que el año pasado vieron escurrirse por nada la tercera estrella mundial. Soy de los que tenía en el bolsillo del pantalón el fibrón dorado para dibujar en el raído escudo de mi camiseta la tercera estrella. No pudo ser.

Muchas ansias de campeonar (la palabra no existe pero corresponde) trae la selección de Martino, que tendrá que medirse con una Paraguay que ya no tiene nada que perder porque casi nadie en su país daba nada por ellos a priori, pero igual se encaramaron entre los cuatro mejores. ¿Urgencias argentinas? ¿Tranquilidades paraguayas? Ya se verá.

Por lo pronto, esperemos que vuelva a rodar el balón. Que la pelota vuele, baje y se estrelle en la red o más allá de la red y que haya emoción y buen fútbol, tal como los soñamos en este lado del mundo.

DesdeLaPlaza.com / Marcos Salgado

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