La vida de los emigrantes se diferencia por completo de las demás, no sé si se habrán dado cuenta que, cuando empiezas a viajar, conocer nuevas latitudes, experimentas nuevas culturas, te familiarizas con ellas, y a medida que pasa el tiempo y más vives esas experiencias, algo se te queda pegado de todo lo nuevo para ti.
Me explico, hay gente que, por ejemplo, adopta la manera de hablar, el oído se adapta rápidamente y sin querer o darte cuenta comienzas a hablar con el acento que caracteriza a la región donde te encuentras. Esto pasa mucho cuando el idioma en ese sitio es el mismo que tú hablas.
La forma de vestir, es una de las más notorias características que una persona muestra al vivir viajando, se diferencia de las demás porque en ella siempre habrá un poquito, o puede que mucho, del lugar donde has estado, los colores, las texturas, vienen siendo como un sello indeleble de mucha culturas y tradiciones en el planeta a las cuales nos podríamos acostumbrar y, también, prácticamente sin darte cuenta las llevas en tu maleta.
Y es que hasta la forma de cocinar cambia, porque si eres un amante de la cocina, estoy plenamente seguro que querrás expandir tus conocimientos culinarios, y agregaras a tu menú, muchos platos y muchos nuevos sabores de cada lugar que visites, para cuando estés en casa tu familia o amigos puedan saborear toda esa nueva gama de ricos platos y postres, que diría yo, son traídos desde el extranjero a tu paladar.
No solo estos aspectos describen a una persona que constantemente viaja, hay muchas más características pero las iremos ampliando en un próximo escrito, en el descubriremos un poco más sobre la parte psicológica y profundizaremos más sobre las emociones que experimentamos los que vivimos de viaje en viaje.