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Tenemos que hablar

«No eres tú, soy yo», «Te mereces a alguien mejor», «Vales mucho para estar conmigo», «Eres una persona muy especial», «Estoy confundido», «Necesito tiempo»… Son frases que, aunque trilladas, duelen y confunden porque son el inicio del fin de una relación.

Terminar una relación amorosa es un proceso de pérdida que lleva a un duelo. La ruptura de pareja es una de las situaciones de duelo más difíciles de superar, porque la persona no desaparece, como cuando fallece, sino que sigue existiendo y viviendo pero sin la expareja, probablemente tocará ver cómo rehace su vida con otra persona, van a estar los amigos, familia y tendrán que pasar por una serie de situaciones que no serán gratas. Cuando una ruptura es unilateral, es decir, solo una de las partes quiere dejar la relación, se dan una serie de fases en el duelo de la persona “abandonada”.

Hay que tener presente que pasara por estas fases:

Lo primero, se siente la negación a aceptar que ha terminado la relación, costará creer que se ha producido la ruptura, sentirán tristeza y probablemente lloren, cosa que no deben reprimir ya que es normal.

Después llegará la fase de la ira, sentirán que alguien los ha tratado de forma injusta o que les han traicionado. No todos podemos afrontar la ruptura de igual forma, ya que cada uno tiene su propia perspectiva. Luego, se entra en la fase de la negociación, que raramente termina bien. Toda ruptura lleva un tiempo en donde hay que asumir que uno de ellos o ambos quisieron ponerle fin a la relación.

Una negociación saludable puede finalizar, por ejemplo, quedando como amigos y no perder esa confianza que una vez mantuvieron.

Por último, desesperación y depresión, en esta fase comenzarás a entender que la relación ha concluido y que no van a volver. Es entonces cuando comienza una tristeza profunda y posible depresión, con sentimientos de desgana y desesperanza. Son normales  los síntomas como comer poco o mucho o dormir poco o mucho y no tener ganas de salir.

Para las mujeres esta situación es todavía más difícil, ya por cuestiones sociales, o porque por naturaleza la mujer es más sensible y le resulta complejo superar estas etapas; sin embargo, tampoco es imposible.

Desde nuestra plaza del placer le daremos algunas sugerencias para rehacer su vida y reconstruir la cotidianeidad paso a paso, puesto que a partir de ese momento el proyecto de vida vuelve a ser individual:

Desahogarse: sin duda, el compartir esta experiencia siempre ayuda a superarla más rápido. De preferencia, elige a una persona que le conozca bien, que sepa escuchar y que sea neutral. Sacar todo ese dolor, llorar ayuda a que la rabia pase para poder ver las opciones de seguir con su vida.

Buscar distraerse: es el momento de hacer todo lo que dejaron de hacer, así que renueve la agenda de amigos, visite a los que tenía tiempo sin verse; seleccione lugares y actividades que no realizaba. El tener la mente ocupada siempre aliviana.

El ejercicio es una fuente de endorfinas y adrenalina, junto con la ayuda que te puede dar un buen libro. Para ello, una forma de generar energía positiva es sin duda el ejercicio físico. Cualquier actividad puede servir, ya sea en casa o en un gimnasio. Aunque este último les  permitirá conocer a nuevas personas.

Perdone a la pareja: no dejes que ese sentimiento de amargura crezca cada vez más, si se tiene hijos tengan en cuenta que aunque ya no estén juntos, sigue siendo el padre. El odio puede causarles sufrimiento a los hijos y por supuesto eso es lo que menos que se quiere. Trabaje el perdón, puede sumarle hacer yoga, meditación donde se maneja técnicas de respiración y relajación.

Orientadora en Sexología

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