Nacemos solos, morimos solos y vivimos, en última instancia, en soledad. Aunque estemos rodeados de multitudes.
A pesar de las multitudes, estamos solos. Estamos solos en el momento de nacer, cuando sin ningún tipo de comprensión, sólo atinamos a llorar.
Estamos solos, a pesar de que está nuestra madre, cuando con miedo no la alcanzamos a ver, porque no nos da la visión.
Estamos solos en nuestro interior, cuando después del primer beso nos queda el sabor de la gloria y de la alegría.
Estamos solos cuando todas las noches apoyamos la cabeza en la almohada (donde sea) y reflexionamos o nos dormimos en el acto.
Estamos solos en el dolor, aunque a nuestro lado está la persona que más nos ama, no puede penetrar en nuestro interior, no puede ser mi dolor, no puede ser junto a mí.
Estamos solos, porque simplemente es así, nadie puede ser uno y otro al mismo tiempo y en el mismo lugar, por eso, quizás más que decir que estamos solos, podríamos decir el hombre es en soledad, porque el hombre es un individuo único.
Solo
El camino es largo
cuando no se sabe a dónde ir.
!Ay vida¡ ¿Por qué juegas al gato y al ratón?
Todo lo que uno hace
como un boomerang vuelve.
El abismo abierto entre el pasado
y el futuro
me hace jugar a romper la piñata,
!Ay vida¡ ¿Por qué te robaste la piñata?
Y los sueños se apoyan en un alambre
con algunas púas,
y la vida es una ilusión.
Tu ilusión, mi ilusión, nuestra ilusión.
Caminando en la tarde
descuelgo mi mirada al vacío
y bostezo en el futuro de la próxima existencia
que rompe la mortaja de los sueños,
Nada me impide volar, ni me impide correr,
Ni me impide escapar,
nada me impide realizar los sueños
sólo el miedo que al concretarlos,
la soledad no deje regocijarme
y al final de cuenta,
sólo me queda
tu ilusión, mi ilusión, nuestra ilusión.