Si recorremos las opciones, quizás lo obvio es que se publique en la sección de Cultura. Ah, pero resulta que hoy por hoy, no todo periódico impreso cuenta con una sección cultural. A veces, algunos suman dos rangos en unidad, como “cultura y espectáculo” o, un poco más elitista, “arte y espectáculos”. Otros indican “entretenimiento” y hay los que se proponen conceptos creativos y utilizan por nomenclatura “Chévere” u otros términos más ambiguos.
En realidad, yo creo que toda noticia es siempre cultural. Quien protagoniza cualquier hecho es siempre un individuo, o un grupo de individuos, pertenecientes al género humano. El viejo ejemplo de la noticia de un hombre que muerde a un perro, deja de lado al mamífero cuadrúpedo, en caso de que fuese el protagonista del hecho. El actor noticioso ha generado una información cultural que probablemente se recoja como “curiosidad”, “suceso” o “ciudad”, pero nunca como “cultura”.
Pero, resulta que todo el periódico es y debe ser cultural. Cuando se establece una segmentación de los espacios para colocar en ellos noticias de un determinado color, se podría pensar que una noticia “cultural” puede aparecer, perfectamente, en las páginas “rojas”. Y no exagero. Tan sólo observemos cómo las páginas de artes, devenidas en espectáculos y farándula, suelen incluir en ellas chismes, peleas por arrebatos de celos, asesinatos, informaciones económicas basadas en las fortunas amasadas por famosas y famosos del escenario o la pantalla, proclamas políticas o declaratorias proimperialistas o acordes a los intereses de los dueños del medio.
Cuando desde el ámbito gubernamental revolucionario, iniciado en 1999 con el primer gobierno bolivariano y prosocialista que encabezó el Comandante Hugo Chávez, se creó un ministerio para asumir esas tareas relativas a las culturas, se hizo desde la perspectiva del acompañamiento de las mismas, de sus manifestaciones, de sus actores. Ello implicó la creación de una política comunicacional, para ese acompañamiento y también el diseño y ejecución de un medio que naciera como concepto de una nueva manera de mirar el periodismo, desde una propuesta de sociedad que supere al capitalismo y geste nuevas relaciones para la producción, distribución y consumo de los bienes.
Es así como nace (el 17 de abril de 2004) en Venezuela un medio impreso, con periodicidad semanal, cuyo nombre original fue dado por el sustantivo propio Todosadentro y que hoy se conoce y asume con el mismo sustantivo en femenino antipatriarcal: Todasadentro. El lema de identificación ha sido, desde entonces, el de “semanario cultural” y, en lo personal, me gusta definirlo como “semanario de las culturas en Venezuela”. Lo cierto es que estamos ante un medio de comunicación identificado con la gestión cultural revolucionaria, Bolivariana y Chavista, que generó productos equivalentes en formatos para televisión y radio (TvTodasadentro y Todasadentro en Radio, que se transmite diariamente, a las 6:00 pm por Alba Ciudad 96.3 FM).
Pero, al retomar esta historia de más de una década en la construcción de un aporte para el llamado “periodismo cultural”, lo más importante de resaltar es que Todasadentro, más que un medio más, en este caso, institucional pero no institucionalista ni mucho menos “gobiernero”, como siempre nos enseñó el Comandante Hugo Chávez, es un concepto. Todasadentro es un concepto, una cosmovisión y una ética del periodismo, en tiempos de Revolución Bolivariana y Chavista y de tránsito hacia la construcción de la Patria socialista.
Un primer reto de este periodismo de nuevo tipo, sin apellidos, ha propuesto, desde sus inicios en 2004, “escribir” las informaciones, las noticias, los reportajes, para una “lectura” cultural de las mismas. Escribir y leer el periódico con visión de humanidad, con sentido de identidad, con pertenencia soberana y patrimonial, con espíritu de verdad y respeto por la dignidad del ser humano, de la naturaleza toda, del planeta.
Más que periódicos segmentados para la venta de noticias con sentido mercantilista y de perpetuación de la hegemonía del capital. La Revolución reclama un periodismo donde la verdad sea norma y en el que prevalezca y se exprese el sentido cultural de la vida toda.
Ilustración: Xulio Formoso