Para darles respuesta a las personas que nos consultan sobre cómo salir o dejar una relación de pareja que paso a ser tóxica para ambos e incluso para su entorno. Lo primero es la aceptación, las personas que están en este tipo de relaciones les cuenta entender, que no es beneficio para ambos seguir juntos. ¿Saben por qué? Esperan que la pareja logre cambiar. Que lo que está ocurriendo es algo temporal, y puesto que se “aman”, tarde o temprano su conducta acabará mejorando. Es decir, crean una visión idealizada de la pareja que no se correlaciona con la realidad.
Otro punto es la manipulación de algunos de los dos, a menudo se llega a los chantajes. Un día está muy bien pero luego pueden darse escenas de manipulación: económica, emocional, afectiva y física. Y se le suma el miedo a la soledad, al abandono o al rechazo. A pesar de estar viviendo una relación de pareja tóxica, piensan que siempre será mejor a estar solos. Es algo que suele ocurrir con frecuencia, aunque parezca sorprendente.
Miedo a las consecuencias por dejar a esa persona: puede existir un claro temor a cómo va a reaccionar la persona en sí. Tal vez exista un componente violento a tener en cuenta. Lo mejor es buscar apoyo con un familiar o denunciar a la persona.
Por eso hay que estar alerta y evitar este tipo de pareja
La tipo manipuladora: está bien entender de una vez que la única persona que puede controlarte eres tú misma, este tipo de relación tóxica es una de las más difíciles de evitar y diagnosticar, una vez dentro ni siquiera te darás cuenta de lo que tu pareja está haciendo contigo y, si lo haces, pensarás que es por tu bien cuando realmente sólo te está haciendo daño.
La infiel: este tipo de relación cualquiera podría ser el encargado de romper con la felicidad, en este tipo de relaciones la confianza en el otro se pierde totalmente, lo peor es que puede darse a la par con cualquier otro tipo de relación. Lo mejor es cortar por lo sano y buscar alguien en quien puedas confiar.
Las negativas: este tipo de relaciones son las más comunes y absorben todo la energía y crecimiento que pueda tener su pareja. Si es verdad que personas negativas viven alrededor de nosotros no tenemos por qué soportarlos, empezar y construir una relación basada en la negatividad es terrible nunca estará de acuerdo con alguna iniciativa, siempre pensará que no es oportuno realizar tus propuestas. Acá se producen un estancamiento y desmotivación de alguno de los dos.
Las violentas: en este tipo de relaciones tóxicas, las personas suelen siempre atacar a sus parejas ya sea física o psicológicamente. El agresor se encarga de lastimar los sentimientos de la pareja sin importar las consecuencias que estos puedan ocasionar, de todos los tipos de relaciones tóxicas esta es la más peligrosa ya que no sólo corre peligro tu estado de ánimo, tranquilidad o felicidad, sino también tu vida y tu salud mental.
No todas las parejas son perfectas y felices, ni todo el tiempo estaremos sin tener problemas, pero cuando las discusiones, peleas e incluso agresiones físicas son constantes es mejor evitar este tipo de relaciones tóxicas. Después de atravesar por una relación de este tipo, quizás estén escépticos a retomar el tema del amor, pero recuerda que todas las experiencias nos ayudan a crecer y de ellas aprendemos para poder ser mejores y estar preparados para las adversidades que se nos presenten en el camino.
Rina Morales Mera, orientadora en Sexología – @RinaMoralesMera