Desde hace tiempo tengo como costumbre no ver el Óscar y mucha gente me pregunta por mis razones. Aquí enumero algunas.
El 9 de febrero se realizará la entrega del Óscar 2020, seguramente muchos de ustedes tienen la intención de verla. Año tras año la ceremonia acapara la atención de cinéfilos y curiosos que ven en la premiación, entre otras cosas, una forma de descubrir lo mejor en materia cinematográfica.
Desde hace tiempo tengo como costumbre no ver el Óscar y algunas personas siempre me preguntan las razones, les parece un contrasentido que un aficionado del cine (crítico y comentarista) se rehuse a ver uno de los eventos más importantes. Aquí enumero algunas de mis razones:
- Los premios no me influyen. Aunque los premios son importantes para quienes los reciben, pocas veces tienen la capacidad de definir realmente el valor de un trabajo. No necesariamente todo lo premiado vale la pena, muchas veces grandes actores y excelentes películas no reciben ningún tipo de reconocimiento. Existen verdaderas obras de arte que no cuentan ni con una nominación al Óscar. Es imposible premiar todo, el filtro de la Academia no es infalible y responde a criterios rígidos. Algunas películas y actores valiosos, por diversos motivos, no llegan al mercado de Hollywood, por lo que evidentemente no tienen la oportunidad ni de competir.
- No me interesa la moda ni la vida privada de las estrellas de cine. En el Óscar no solamente se vende el cine, también la alfombra roja, el detrás de cámara, quién llegó con quién y un sinfín de asuntos extrafílmicos que en nada tienen que ver con las películas en sí. Entiendo que es divertido, que es parte del espectáculo, pero no me genera interés.
- La ceremonia es aburrida. Últimamente las ganas de los realizadores del premio de la Academia por ser políticamente correctos han hecho del evento un espectáculo previsible lleno de momentos aburridos y reiterativos. Chistes que no dan risa y un protocolo soso hacen de la ceremonia un acto prescindible, al menos para mí.
- La traducción es mediocre. Si vas a ver la ceremonia al menos hazlo en idioma original. La mayoría de las traducciones en vivo dejan mucho que desear, impiden comprender en su magnitud lo que se dice.
- Puedo ver el resumen. No me influyen las premiaciones a la hora de elegir lo que me gusta ver, y sin embargo, me interesa saber quién ganó y corroborar así los aciertos y fallas de mis predicciones. El resumen me ayuda en estos casos. Al día siguiente podrás ver no uno, quizás miles sobre lo más relevante de la noche, ganadores, discursos, si lo que quieres es saber quién ganó ver la ceremonia completa nunca es necesario.
- Grandes actores y realizadores se han negado a recibirlo. Marlon Brando ganó el Óscar en 1972 por su rol en El Padrino, sin embargo se negó a recibirlo. En su lugar envío a una activista representante de los indios americanos para protestar contra el trato de la industria cinematográfica hacia este colectivo. Para el actor los premios no tenían ninguna importancia. Así lo expresó en diferentes entrevistas con argumentos muy válidos que han llegado a convencerme.
- Prefiero ver una película. Hay tanto buen cine por ver y tan poco tiempo que prefiero usar bien mis horas libres. Siempre será mejor disfrutar de una buena película que perderlas en ceremonias largas y tediosas.
Si te interesa ver el Óscar no dejes de hacerlo. Este año seguiré con mi costumbre de obviar la ceremonia. Elige lo que prefieres hacer.
@luisauguetol