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Radical, patriota y socialista

Así es la Revolución Bolivariana y Chavista. Hay quienes dicen que esos tres conceptos, usados para titular esta nota, no marchan muy bien juntos y que el patriotismo, además de demodé, es reaccionario. Sin embargo, lo cierto es que, en Nuestramérica, revoluciones socialistas, como la cubana (Martí), la nicaragüense (Sandino) y la venezolana (Bolívar) apuntalan la propuesta proletaria socialista de liberación en líderes y factores patrióticos.

Un cierto dogmatismo o religiolización de los resultados de las investigaciones emprendidas por Carlos Marx al analizar el peso del capital y las relaciones de producción capitalistas, unidas a victorias internacionales como la de los bolcheviques en la Rusia zarista, fueron creando doctrinas que progresivamente se revistieron de científicas para hacerlas poderosas e inquebrantables en  sus principios.

El apego a definiciones «lógicas» newtonianas y a las categorías tridimensionales de la ciencia conocida y prevaleciente, han dejado pocas opciones para incorporar los hallazgos de la física cuántica (Máx Plank y otros) de las teorías de la relatividad y la velocidad de la luz (Adolfo Einstein y otros), al punto que una revolución social se asemeja en el pensamiento, en su epistemología, a un giro «completo» o vuelta de 360 grados.

Pero, resulta que la revolución caracterizada por Marx es la propuesta de alcanzar la igualdad colectiva basada en la producción, distribución y consumos de individuos diferentes, con capacidades y necesidades diversas. Es lo que se ha asociado coloquialmente como sociedad de l@s iguales, de l@s comunes, sociedad socialista o comunista.

La Revolución es, entonces, alcanzar la igualdad colectiva manteniéndonos en equilibrio, es decir en movimiento dialéctico, individualmente diferentes, múltiples y unos.

¿A qué viene esto? Pues a la necesidad de reflexionar acerca de ciertas críticas ligeras y cartesianas que se hacen desde las cúspides de un saber que no permite ensayar unidad en la diversidad.

Recientemente lo hemos visto con la propuesta, elaboración, introducción ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), aprobación y ejecútese de la Ley Antibloqueo.

Con un apriorismo que no puedo calificar sino de dogmático, los dueños de la sapiencia religiosa, unidos por una «verdad» de fe fiduciaria, corrieron a leer e interpretar como sacrilegios ciertos temas o articulados, como si se tratase de traiciones,conciliaciones de clase o coqueteos con el neoliberalismo.

Los dueños de la verdad «revolucionaria» manejan lecciones aprendidas en manuales y catecismos sin calle ni vida. Chávez supo acompañarnos y enseñarnos una manera diferente de enrumbarnos al socialismo con temporalidad en el siglo XXI. La invocación de la unidad nos dio la clave.

Volvamos a ese extraordinario aprendizaje. Con Chávez, armados de pensamiento crítico y humildad revolucionaria el socialismo puede tener la metafórica forma de la Patria, liberada e independiente.

Ilustración: Iván Lira

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