La historia se escribe también con símbolos. Hay personajes históricos que nunca existieron, como es el caso de los otros dos «majaderos» a los que se refiere Simón Bolívar, en la conformación de un trío consigo.
Pudiera ser el caso del aguerrido soldado venezolano Pedro Camejo, quien sí existió y este 24 de junio cumple 200 años de su asesinato en combate durante la Batalla de Carabobo. Del Negro Primero Eduardo Blanco nos cuenta, en su Venezuela Heroica, el episodio de aquella muerte en combate describiendo la lealtad y valentía con la que, herido, sangrante y moribundo, Camejo busca a su jefe el General José Antonio Páez, para despedirse porque estaba muerto.
Si ocurrió o no como lo describe Blanco, poco importa. Importa sí que hubo un primer soldado, negro por demás, que simboliza al modelo de combatiente patriota que forjó nuestra independencia del yugo español y que, de alguna manera, sigue luchando hoy, con el mismo espíritu bolivariano, por nuestra independencia definitiva.
Estamos en Era Bicentenaria. Hugo Chávez, soldado de la misma estirpe del Negro Primero, condujo esta Revolución Bolivariana de hoy inscribiéndola en el despertar de nuestra historia libertaria y libertadora. 2021 se convirtió en un símbolo referencial, en una meta, para este proceso que aún sigue siendo joven y complejo pero que ha de conducirnos a la independencia definitiva y a la construcción de la Patria socialista.
Así que, este 24 de junio nos colocamos a las puertas de la celebración del más importante de los acontecimientos militares de nuestras luchas independentistas. La victoria en Carabobo se sella con la sangre derramada por el sacrificio de sus héroes y primero, como modelo de soldado que conformó y conforma -desde hace 200 años- nuestra milicia y nuestro Ejército libertador y Bolivariano, está el símbolo Negro Primero.
Nos honra y llena también de orgullo patrimonial el imaginar que un negro como Pedro Camejo puede encerrar hoy en su figura de revolucionario al rebelde estratega que planificó y construyó libertades junto a otros esclavizados en sus trincheras, para entonces llamados cumbes. Pero también, en su valor simbólico, encierra este Negro Primero a las y los patriotas que enfrentaron y vencieron la hegemonía del colono conquistador al arrebatarles la figura de San Juan y hacerla santo de negros que bailan y celebran su libertad y sus nuevos tiempos de independencia a ritmos de tambores cumacos, minas y culo’e puya.
Ilustración: Foto al busto del Negro Primero