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Vitaminas para niños

Las vitaminas, son sustancias necesarias para la vida. La mayoría de ellas, excepto la vitamina D (fabricada por nuestro cuerpo cuando tomamos el sol), deben ser ingeridas del exterior y su fuente natural son los alimentos. Los padres siempre manifiestan preocupación sobre si sus hijos están consumiendo adecuadamente nutrientes y vitaminas y si necesitan suplementos para su adecuado crecimiento y desarrollo.

Una dieta variada,  sana y equilibrada, rica en frutas, vegetales, verduras, carnes, pescados y cereales proporciona la cantidad necesaria de vitaminas que se requieren. Por tanto, lo importante es centrarse en la calidad de alimentación que están recibiendo los niños y no en qué complementos vitamínicos comprar. Es inclusive contraproducente el abuso de vitaminas ya que muchas de ellas pueden acumularse en el organismo y su exceso puede resultar tóxico.
Por este motivo, es muy importante abstenerse de ofrecer complementos a los niños sin recomendación médica. Sólo casos especiales de pacientes que padecen enfermedades agudas o crónicas, relacionadas con una mala absorción de nutrientes, pueden precisar la ingesta de las mismas.

Existe un caso de mención especial  que es el de los recién nacidos que se alimentan de lactancia exclusiva, cuya madre es vegetariana, ya que, aunque la leche materna aporta todos los nutrientes que el bebé necesita los primeros 6 meses de vida, estas madres producen una leche con déficit de vitamina B12 y por ello es importante que estos lactantes reciban un suplemento de dicha vitamina durante este período. Y en países donde la exposición solar es mínima durante las estaciones como otoño o invierno, es también necesario el aporte de vitamina D en bebés.

En contra de los mitos populares, las vitaminas no abren el apetito, ellas permiten el buen funcionamiento del organismo porque actúan como catalizadores de los procesos químicos y funcionan como antioxidantes, mejorando la actividad a nivel celular; pero no le darán hambre al niño. El apetito tiene que ver con las necesidades metabólicas individuales, el período de crecimiento y desarrollo en que se encuentre el niño e inclusive de sus hábitos de mesa familiar.

La principal fuente de vitaminas son los vegetales crudos, por ello, hay que igualar o superar la recomendación de consumir 5 raciones de vegetales o frutas frescas al día. Además es recomendable al preparar alimentos evitar los procesos que produzcan pérdidas de vitaminas como:

  • Cocinar los alimentos en exceso, a altas temperaturas o durante mucho tiempo.
  • Que los alimentos estén preparados mucho tiempo antes de ingerirlos. Es preferible cocinar y consumir enseguida en vez de guardarlos en la nevera durante días. La congelación produce pérdidas en la calidad de las moléculas de algunas vitaminas inactivando parte de ellas.

Es recomendable:

  • Mantener la piel de las frutas o la cáscara de los cereales, ya que contienen muchas vitaminas.
  • Preferir la fruta entera a los jugos (aunque sean naturales) ya que al licuar, procesar o endulzar pierden nutrientes y fibra.
  • Ofrecer platos variados y coloridos así como dar el buen ejemplo a nuestros hijos consumiendo una dieta balanceada y saludable.
    Entonces, los niños y los adultos SI necesitan vitaminas, las que se encuentran en los buenos alimentos.
Dra. Morella Martínez de Herrera
@pediatraymamaig
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