El desarrollo emocional y social son áreas importantes que definen la personalidad y la vida futura del individuo y van a depender de cómo el niño es tratado por quienes tiene a su alrededor y los factores de su medio ambiente, según los cuales se pueden generar efectos positivos o negativos a corto, mediano y largo plazo.
La forma sana de iniciar el proceso de “socialización” es precisamente estableciendo relaciones humanas saludables con los cuidadores más cercanos, que son los padres. Un niño aprende a tratar a los demás según ha sido tratado en el hogar. Los niños van aprendiendo las normas de la sociedad a través de la convivencia diaria, para así poder pertenecer a ella. Allí son de suma importancia las rutinas, horarios y normas en el hogar; que a pesar de ser flexibles, pues al tratarse de niños no pueden cumplirse en forma rígida la mayoría de las veces, cumplen un papel fundamental en el proceso de moldeamiento de su personalidad.
Prestar atención a las necesidades emocionales de los niños es una tarea importante dentro del contexto familiar, escolar y social.
El aprender determinadas habilidades emocionales en los primeros años de vida, es una garantía de éxito en su futuro desarrollo. Por eso, el apego es uno de los primeros factores importantes que pueden favorecer o afectar la vida del ser humano. Todo niño necesita establecer un vínculo emocional especial con su madre, padre u otro ser cercano que esté con él y esto es necesario para que el niño a medida que crezca se sienta seguro de sí mismo. Al tener la garantía de que será atendido ante alguna necesidad, no dudará en confiar en sí mismo y en los demás, permitiéndole desenvolverse adecuadamente en su entorno social.
Se logra seguridad y autoestima atendiendo cuatro necesidades fundamentales: la protección y resguardo, el bienestar, la subsistencia (satisfacer necesidades básicas como alimentación) y el afecto. Sin estos factores, el niño crece desconfiado e inseguro.
Es prioridad que retomemos la importancia de los valores familiares y otorgar tiempo de calidad a nuestros hijos, porque la responsabilidad de su formación integral es del hogar, la escolarización sólo refuerza conocimientos, conductas y normas sociales que son basadas en la estructura de una familia sólida, amorosa y respetuosa.