Muchos bebés sufren al menos una vez en su vida de la temida “pañalitis”, cuando por el contacto permanente de la orina y heces en la zona del pañal, la piel presenta afección de las áreas genital, inguinal y glútea, donde se ve enrojecimiento, inflamación, ardor y complicaciones como sobreinfección por bacterias y hongos.
Esta patología denominada “dermatitis amoniacal” (debido a que es principalmente provocada por el amoníaco contenido en heces y orina) es muy frecuente y puede presentarse a cualquier edad antes del control de esfínteres, sin embargo son más sensibles los bebés menores de 6 meses y con pieles delicadas como atópicos (alérgicos), o con condiciones particulares de salud, consumidores de medicamentos o enfermedades de base. También patologías agudas como la diarrea pueden desencadenar una pañalitis, debido al aumento de la frecuencia y “acidez” (en los casos de las diarreas virales) de las evacuaciones.
La Candidiasis genital es una de las complicaciones comunes de la pañalitis, ya que la humedad retenida es medio ideal para la proliferación de este hongo. En estos casos además del enrojecimiento de la zona, se pueden ver los pliegues de la piel con descamación, más rojos y con lesiones tipo puntos en áreas periféricas. Puede haber una secreción blanquecina y producir picazón, por lo tanto el bebé se muestra inquieto y muy incómodo.
Una pañalitis común suele identificarse rápidamente y afortunadamente tiene pronta recuperación. La premisa del tratamiento en disminuir en lo posible el contacto del pañal sucio con la piel, es decir mantener el área seca y limpia y ayudar a la regeneración de la piel con cremas hidratantes y emolientes. Pero lo más importante es prevenirla con cambios frecuentes de pañal y manteniendo la piel de la zona al aire libre por períodos de tiempo prolongados. Así mismo son muy útiles las cremas que aíslan la piel de la humedad y que contienen óxido de zinc, las cuales crean una barrera protectora y un medio poco adecuado para la proliferación de microorganismos.
Debe evitarse cambiar constantemente de marcas de pañal, a pesar de la dificultad actual para adquirirlos, ya que cada una tiene composición de materiales diferentes que pueden sensibilizar la delicada piel del bebé. Si les va bien con una marca, tratar de continuar con ella. Aplicar polvo de maíz, aloe vera (sábila) o incluso leche materna funciona en los casos no complicados, sin embargo lo mejor siempre es consultar a su pediatra para no cometer imprudencias en el tratamiento o empeorar la situación.