Antiguamente se consideraba que el ser zurdo era una condición patológica. Una persona zurda es aquella que utiliza con mayor destreza la mano y pie izquierdos en sus acciones; hoy en día se reconoce como una variante completamente normal, es simplemente una característica del niño atribuible a causas genéticas; es parte de su naturaleza y no de un hábito o costumbre. Los hijos de padres zurdos tienen mayor posibilidad de ser zurdos (hasta 50% si ambos padres lo son).
Las estadísticas mundiales varían, pero se calcula que entre un 10 a 12% de la población es zurda.
El control del lado izquierdo del cuerpo lo tiene el hemisferio derecho cerebral, encargado además del pensamiento abstracto, imaginativo y creativo. Las personas zurdas suelen sentirse atraídas y destacar en el arte: música, pintura, escultura, arquitectura, construcción. Se ha especulado que los zurdos son más brillantes, que su coeficiente intelectual es mayor, sin embargo no hay evidencia científica contundente sobre esto; lo que sí es seguro, es que tienen gran capacidad adaptativa, ya que además de las características propias de su naturaleza soñadora y creativa, deben desenvolverse en un mundo (por lo menos el occidental) hecho para diestros.
Ahora, médicamente, ¿tienen los zurdos alguna condición especial de salud? No. A pesar de que la zurdera se asocia con mayor frecuencia a problemas como la dislexia, trastornos en la escritura y tartamudez, es probable que esto responda a que se hace un esfuerzo (a veces imperceptible) de cambiar sus preferencias laterales al desenvolverse obligatoriamente en un entorno derecho. Su única dificultad es realmente carecer de comprensión cultural para hacerles la vida sencilla, ya que en función de sus destrezas, lo ideal es que utilicen dispositivos y artículos diseñados especialmente para su lateralidad. Lo primordial es identificar tempranamente al niño zurdo y respetar su condición normal, ayudándolo en ciertas tareas cotidianas que pueden resultarle más complicadas que al resto. El zurdo ve las acciones en “espejo” y debido a que los niños aprenden por imitación, muchas veces se les dificulta adaptar posiciones y “agarres” que observan.
Se describe que antes de los 2 años es difícil identificar la preferencia por el uso de alguna mano; pero hay bebés que desde muy temprano lateralizan sus acciones con bastante claridad. Generalmente, es al inicio de la escolaridad formal cuando se determina su tendencia. Incluso puede que durante los primeros 5 años, se alterne el uso de ambos lados corporales. Un niño puede dibujar con la mano izquierda, pero preferir patear una pelota con el pie derecho. Posteriormente lo común es que se establezca el lado preferente.
El niño zurdo necesita comprensión y paciencia. Apoyo para adaptarse y herramientas que puedan hacerle el camino más fácil. Los maestros y educadores tienen un papel fundamental en forjar su autoconfianza y en desarrollar su habilidades con la menor desventaja posible.
Para los zurdos se hace mucho más fácil utilizar lápices, bolígrafos y colores con forma triangular. Igualmente vigilar su postura, adaptando la posición de libros y cuadernos en función a que se sienta cómodo al escribir. Ubicarlos para que la luz siempre les llegue por el lado derecho, de manera que no la bloqueen ellos mismos con su lado izquierdo. En lo posible, buscar utensilios especialmente diseñados para zurdos como reglas y tijeras. Fomentar su autoestima y elogiar sus progresos y logros constantemente.