Éléonore Pourriat escribe y dirige Je ne sui pas un homme facile disponible en Netflix
La cineasta francesa Éléonore Pourriat escribe y dirige Je ne sui pas un homme facile (No soy un hombre fácil) una comedia que trata desde el humor y la ironía el juego de los roles que hombres y mujeres ejercemos en la sociedad.
“No se nace mujer, se llega a serlo”, dijo la escritora francesa Simone de Beauvoir. Esta es una verdad que podríamos escribir en piedra. Nacer bajo el sexo femenino no tiene nada que ver con asumir el rol social que desde tiempos inmemoriales han ejercido las mujeres. Ser “mujer” no es natural, la sociedad nos condiciona desde niñas a vivir de acuerdo a diversas normas y cumplir con algunos parámetros. A los hombres les pasa algo similar. Desde que nacen se les enseña a ser de determinada forma, también deben cumplir con ciertos patrones de conducta.
El mundo en el que vivimos, como se dice en Matrix (1999) de las –ahora- hermanas Wachowski, representa una realidad que nos condiciona de tal modo que llegamos a darla por cierta. A diario olvidamos que la vida puede ser lo que queramos que sea.
Éléonore Pourriat nos lo recuerda en esta comedia donde los roles se intercambian. En el mundo ficticio de esta cinta de Netflix los hombres se depilan, usan poca ropa, planchan, cocinan y atienden a los niños. Mientras las mujeres son dominantes, usan corbata y los acosan en la calle.
Haciendo uso del humor y siguiendo el rumbo de las comedias de situaciones hollywoodenses, No soy un hombre fácil nos permite vivir en un universo exactamente igual al que conocemos, pero a la inversa. En esta ficción un machista tiene una cucharada de su propia medicina. Con gran ironía Éléonore Pourriat nos invita a ver las cosas desde otra perspectiva.
La directora francesa entiende muy bien que los roles sociales son solo eso: roles. No tienen que ver con nuestra esencia como seres humanos. La cinta plantea realidades haciendo uso de la fantasía. ¿Qué pasaría si el sexo dominante no fuese el masculino? ¿Cómo sería un mundo donde las mujeres ejercieran el rol que hasta el día de hoy mantienen los hombres? El filme cuestiona los parámetros establecidos posicionándose lejos de los lugares comunes.
No obstante, la cinta no es una película “feminista” ni pretende “empoderar” a las mujeres. Simplemente expone el modo en que el juego de los roles sociales condiciona la forma de relacionarnos. Lo mucho que estamos acostumbrados a ello y la posibilidad de transgredirlos.
Debido a situaciones hilarantes, la película plantea la libertad de elección y el equilibrio como posibilidad en las relaciones entre hombres y mujeres.
Una de sus grandes ventajas, es que su discurso no se limita a cuestionar o enaltecer el feminismo o el machismo. Más allá de que si juega con diversos arquetipos, el filme plantea una vuelta a la esencia del ser humano y sus posibilidades infinitas.
Posibilidades no exploradas por quienes pretenden ver la vida bajo ciertos encuadres rígidos y limitados.
“El hombre nace libre, responsable y sin excusas”, dice una frase del escritor también francés Jean Paul Sartre que viene muy bien tener presente durante toda la película.
No soy un hombre fácil cumple su cometido: divierte y entretiene mientras te permite replantearte situaciones cotidianas que de seguro, frecuentemente, pasas por alto.
@luisauguetol