Bikram Choudhury puso de moda la práctica del yoga en los años setenta.
Eva Orner produce y dirige este documental que nos cuenta una historia sórdida sobre un hombre con mucho poder que decidió usarlo para el mal. Bikram Choudhury puso de moda la práctica del yoga en el Beverly Hills de los años setenta. Fue amigo de famosos, hizo fortuna y se posicionó como un hombre místico que era venerado por muchos incautos. Según este documental, sobre todo las mujeres pusieron en sus manos la integridad física, mental y emocional para luego sufrir abusos de índole sexual por parte del “maestro” que gozaba del respeto y el amor incondicional de sus alumnos.
El yoga, disciplina relacionada con el control psíquico y físico fue su mayor arma para vivir una vida licenciosa que le permitió desarrollar sus más bajas pasiones al mismo tiempo que disfrutaba de poder económico y una gran popularidad.
Muchas veces tendemos a pensar que el ser humano tiene una sola esencia y afirmamos sin ambages que quién es bueno en un área de la vida debe ser moralmente correcto en las otras. No necesariamente eso es cierto. Hay personas que han generado grandes beneficios al mundo al mismo tiempo en que se han convertido en verdaderos monstruos capaces de dañar y enlodar la vida de quienes tienen cerca. El bien y el mal pueden convivir en un mismo hombre.
No obstante, en nuestra sociedad muchas veces superficial, creer lo contrario es mucho más fácil, lo que puede ser un factor determinante para permitir abusos y desmanes por parte de personas que suelen ser calificadas como intocables.
El audiovisual retrata de forma paulatina y minuciosa la vida de Bikram Choudhury mostrando las diferentes facetas que conforman su personalidad. La mirada de Eva Orner es objetiva, pues desde el inicio se intenta describir el carácter de este hombre que tiene grandes habilidades para seducir y convencer a las masas. Casi todos los psicópatas son carismáticos, inteligentes, tienen el poder de envolver a los otros y saben reconocer a quienes podrían ser presas fáciles.
Bikram Choudhury era un hombre organizado. Su metodología de trabajo y la forma en que desarrolló su imperio que generó gran bienestar gracias a su Bikram yoga se narra en el documental contando detalles biográficos que pretenden explicar su origen.
Además el audiovisual funciona también como un espejo que expone el patrón de conducta de los abusadores y su entorno. Al parecer era un secreto a voces que detrás de los ejercicios y técnicas efectivas para curar y fortalecer el cuerpo que enseñaba este gurú del yoga se ocultaba la mirada turbia de un hombre con hábitos abusivos. Sin embargo, como sucede en tantos otros casos, su comunidad, quienes se beneficiaron durante años de sus enseñanzas, lo protegieron apartando la mirada oportunamente para no ver lo que sucedía frente a sus ojos.
En este silencio también participaron las víctimas, quienes se negaron en un principio a denunciar los abusos. Bikram Choudhury, era encantador y manipulador, ambas características fueron de gran utilidad a la hora de mantener la atención y el silencio de quienes lo veneraban casi como un santo. Al parecer la idolatría es uno de los elementos necesarios para alimentar la impunidad.
En este audiovisual sus víctimas por fin hablan y ponen de manifiesto todo lo que han sufrido estos años al presenciar el desarrollo de la «justicia» en este caso. Uno más de abuso y violación que se destapa después de los escándalos relacionados con el #metoo.
@luisauguetol