No la tenemos fácil. Los padres de ésta generación enfrentamos un problema potencial dentro de la casa y al alcance de nuestros niños, se llama Internet. A diferencia de la televisión que nos vio crecer, o la radio que escuchaban nuestros abuelos, el Internet es un medio muy difícil de controlar y supervisar, puesto que la variedad de contenidos que maneja y la superficialidad con la que se aborda la mayoría de ellos, hace muy cuesta arriba un seguimiento efectivo y eficiente a los mensajes a los que están expuestos nuestros muchachos.
Bien es cierto que este prodigio tecnológico es de vital importancia para un sinnúmero de tareas que hoy realizan los chamos con las computadoras, tablas o teléfonos inteligentes, pero no es menos cierto que son ellos las víctimas más frecuentes de mensajes inescrupulosos dirigidos a moldear sus conductas, y he allí un problema mayúsculo con el que arbitrariamente debemos actuar como padres.
Tal vez el término «arbitrariamente» se riña un poco con las formas de la crianza moderna, pero también resulta desproporcionada la realidad que hoy afecta a nuestra infancia y adolescencia a través del Internet. Muchos estarán al tanto de una nueva moda que, vía redes sociales, ha llegado hasta algunos liceos venezolanos, en la que adolescentes se aplican entre sí una especie de desmayo intencional conocido como «el chokinggame», técnica con la que experimentan una especie de «muerte momentánea» para luego «resucitar» en medio de una sensación excitante.
Varios videos que muestran esta práctica,se hicieron virales y ya su contenido seguramente está en manos de tus hijos. Probablemente desconozcas la existencia de este «juego de la muerte», pero eso no evita que el fenómeno ocurra. En discusiones con otros padres sobre este peligro que ya ha cobrado vidas de niños y jóvenes inocentes, me enteré que se trata de una práctica vieja, una especie de ritual o prueba secreta que viene aplicándose entre adolescentes en varias partes del mundo. El peligro que se suma a este juego aterrador, es su viralización y puesta de moda.
Tomar el control
En la medida en que crecen los chamos y se vuelven independientes, es más complicado supervisar los contenidos a los que acceden vía Internet. Sin embargo en los días que corren, cada vez el acceso de los niños a esta tecnología se produce más temprano, como también nuestro descuido en esa materia suele adelantarse. Como lo fue la tv para muchos de nosotros, hoy la madre red suele ser la niñera predilecta de muchos padres.
Es obvio que con la adolescencia también llega una mayor necesidad de privacidad, y lógicamente nos toparemos con que las redes sociales forman parte de ella. Cuando nos referimos a «tomar el control», proponemos la actualización permanente de nosotros como padres sobre los temas que a ellos les interesan, explorar sus gustos y evaluar sus preferencias, para así propiciar conversaciones acerca de esos temas y hacerles ver nuestro punto de vista tratando de conocer el de ellos. Ofrecernos como guías es, más que una opción, un deber nuestro.
En el caso de los más pequeños, sorprende la facilidad del manejo que tienen sobre redes como YouTube, a través de la cual tienen acceso a mucho material no apto para niños. No importa el control parental que coloquemos en nuestro computador, siempre pueden estar expuestos a contenidos inapropiados. En esos casos, olvida a la Internet como niñera y supervisa de cerca lo que ven y oyen. Nunca es demasiado temprano para orientar por buen camino su avidez de conocimiento.