Cuarta entrega: Años 80
¿Recuerdas los programas musicales que te gustaron desde niño, o desde niña? – ¿Conoces los programas musicales de la televisión venezolana de hoy? – En esta entrega (como en la primera, la segunda, y la tercera), y en la de la próxima semana, recordarás, o conocerás, los programas dedicados a la música que marcaron, y siguen marcando, la historia de la TV en Venezuela.
La cuarta década de la televisión en Venezuela (1982 – 1992) significó gran desarrollo tecnológico y profesional para la industria audiovisual, bajo el mismo esquema de un país de economía colonial, donde solo 30% del mismo se desarrollaba, en detrimento de más del 70% del país: Televisora Nacional (canal pionero de nuestra TV), al igual que Venezolana de televisión, son la imagen de ese modelo económico y político en decadencia, pues comenzaron a sufrir una progresiva desinversión, que concluyó con la quiebra de Televisora Nacional al final de esta década, en 1992, que casi alcanza a su señal hermana, Venezolana de Televisión.
En dirección contraria, la televisión privada fue símbolo de crecimiento por monopolios, y no por una producción nacional diversificada. No se desarrolló desde lo productivo, sino por su poder de extorsión contra los gobiernos de finales del siglo XX, a medida que estos últimos iban perdiendo convocatoria en las calles. Tal fue la debilidad de los partidos que monopolizaban el poder en esa época, Acción Democrática y COPEI, que desarrollaron una indignante táctica para reprimir a la juventud, impidiendo su derecho al voto: Privarlos de su cédula de identidad, que además abría la posibilidad de reclutarlos a la fuerza (‘servicio militar’, lo llamaban en la Constitución de 1961) la táctica era simple: al darte, no la cédula, sino un ‘comprobante’, no solo podías ser reclutado, sino que no tenías, como hoy tampoco tendrías, derecho a votar.
El duopolio RCTV-Venevisión se rompe a partir de finales de esta cuarta década de la televisión, cuando entra un nuevo canal a la señal abierta: Televen, lo cual aumentó la oferta televisiva, pero, según el estudio que realizamos en 2005, los musicales se siguieron reduciendo respecto a la tercera década de la televisión venezolana (de 3,43% en los setenta, a 2,42% en los ochenta, al igual que los espectáculos, que incluían musicales, que se redujeron a 1,30%). Esta reducción de la oferta en los ochenta, no solamente se debió a su excesiva producción extranjera (principalmente Series, 15,70%, primer lugar en oferta televisiva) sino, y a diferencia de las décadas precedentes, y la posterior, que analizaremos en nuestra próxima entrega, al principal género de producción nacional: las telenovelas, que se convirtieron en el principal producto de exportación de la televisión venezolana, precisamente, en esta década, ocupando el segundo lugar de lo transmitido por nuestra TV: 13,75%. Cabe destacar que los dramáticos fortalecieron económicamente a Venevisión y Radio Caracas Televisión, por la exportación que lograron gracias a la inversión del Estado venezolano en ellos, a través de los dólares preferenciales del control de cambios de aquella década.
https://www.youtube.com/watch?v=jmwrG9cofbY&feature=youtu.be
Mientras Radio Caracas Televisión triunfaba en los dramáticos, Venevisión fue definitivamente el canal que conquistó el espacio de los musicales, cuando un show de variedades nacido en 1971 alcanzó su punto máximo en los ochenta, que le permitió sobrevivir en las décadas posteriores, convirtiéndose en el único programa de su estilo que continúa en pantalla, y cuyo nombre conocemos la mayoría de las y los venezolanos, sin importar la edad: Sábado Sensacional.
Sábado Sensacional es el musical más longevo de la televisión venezolana, caracterizado por un día fijo (los sábados) y largas transmisiones que han oscilado entre las cuatro de la tarde y las nueve de la noche, presentando actuaciones y exhibiciones de diversos artistas nacionales e internacionales, en un formato familiar, generalmente identificado con los capas populares, que en lenguaje de mercado serían los grupos socioeconómicos C, D y E de la población.
Pero no solo Sábado Sensacional se ha centrado en lo que sería típico del espectáculo: cantantes, músicos, vedettes, baile, concursos, sino también se convirtió en una vitrina para posicionar fechas que se fueron insertando a la cultura nacional, para vender los productos de sus anunciantes, exhibir falsos lujos de los artistas venezolanos, con una riqueza que era más producción que realidad; además de acercamientos con su público de aquellos cinturones de miseria construidos en el siglo XX, para cumplir fantasías: “En Sábado Sensacional es común la presentación de las ‘bodas del año’, tanto de artistas como de misses; se magnifican en extremo las fechas comerciales (…) Emulan en vivo reencuentros familiares especiales como día de la madre o del padre, invitan a los hijos de los famosos para homenajearlos (…) En ocasiones también hacen visitas a hogares de los estratos más bajos, a fin de que participen en diversos concursos…” (Castillo y Schoen, 1993, p. 170 – 171).
Sábado Sensacional también se convirtió en la primera exportación en vivo de Venevisión, que llegó, en sus mejores momentos, a realizar transmisiones no sólo desde cualquier lugar de Venezuela, sino más allá de las fronteras nacionales, principalmente en Latinoamérica y la costa este de los Estados Unidos, lugares donde han funcionado o funcionan negocios del consorcio propietario de Venevisión (Organización Cisneros).
Pero Sábado Sensacional fue el programa indicado, en el momento indicado: La crisis económica de los años ochenta, producto del ‘viernes negro’ (fin de la posibilidad de importar productos con la facilidad de un dólar vendido sin ningún tipo de control por parte del gobierno) tuvo, quizás como único saldo positivo, la voluntad del empresariado venezolano de aprovechar en algo los dólares preferenciales que recibieron de ‘RECADI’ (Oficina de Régimen de Cambio Diferencial, madeja de corrupción donde solamente recibieron dólares los sectores poderosos, los cuales fugaron y no usaron para lo que informaron que los usarían. Cualquier irregularidad cometida en la era CADIVI fue un acto de honestidad al lado de RECADI).
En el caso de la televisión, esos dólares fueron usados por los dueños de la TV privada para lograr ‘multi-medios’, lo que significó: Estudios para grabar la música de los artistas, disqueras para comercializar dicha música (Sonográfica, casa disquera del oligopolio 1BC, dueños de RCTV y Sonorodven de la Organización Cisneros, dueños de Venevisión), radios para transmitir dicha música (RCR y, a finales de los 80, la FM 92.9, propiedad de 1BC, y Radiovision y FM Center, propiedad de Cisneros) televisoras para mostrar, en videoclips o presentaciones en vivo, dicho material nacional (RCTV, Venevisión), y empresas productoras para organizar los conciertos de estos artistas.
La competencia entre ambos oligopolios, movida siempre por la exigencia de los gobiernos a producir en Venezuela, le abrió la puerta a una gran generación de músicos venezolanos, que, ante la escasez de oferta internacional de música, comenzaron a producir música que fue apreciada por las audiencias venezolanas, e incluso tuvieron, por la calidad de su producción, acceso a mercados internacionales: Ilan Chester, Yordano, Karina, Kiara, Melissa, Sergio Pérez, Franco de Vita (LINK: https://youtu.be/5uTKdUvu01Q ), etcétera.
https://www.youtube.com/watch?v=Z35wT1-HppI&feature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=QCcRFC3xrHs&feature=youtu.be
Sábado Sensacional fue bautizado (por supuesto, por Venevisión), como ‘el imbatible de los sábados’, y así fue, todo programa que RCTV puso como competencia durante esos años (Sábado Espectacular, con Orlando Urdaneta, por ejemplo) siempre resultó segundo, los canales de televisión de la época usaban programas de ‘relleno’ en ese espacio, entendiendo que esa superproducción, simplemente, no tenía competencia.
Atrás quedaban los conductores que con su carisma ‘valían’ más que el espacio en el caso de Sábado Sensacional, la conducción era reemplazable, y lo prueba su historia, El actor y animador israelí-venezolano, Amador Bendayan, fue su primer conductor, quien dio el toque popular al programa, y Gilberto Correa, quien venía de animar De fiesta con Venevisión, fue quien reemplazaría a Bendayan, tanto en su enfermedad, como en su posterior fallecimiento.
En la próxima parte: ¿Cómo la decadencia de la industria cultural estadounidense, especialmente en la música, influyó en los musicales de Venezuela? Y como, desde Venezuela, el género de los musicales en TV, vuelve a surgir, incluyendo lo que nunca había sido incluido.