Este año tuvimos la oportunidad de disfrutar de películas geniales, que generaron un impacto por diversas razones, aquí una lista de las que considero más importantes debido a su nivel de entretenimiento o por constituir fascinantes piezas de arte.
Para empezar este conteo tomo en cuenta películas estrenadas en Venezuela y exhibidas en cartelera los primeros meses de este año:
1- Cine Venezolano: Cabrujas en el país del disimulo
Algunos afirman que el arte o lo que popularmente se conoce como cultura es sólo para una porción de la sociedad, ya que la mayoría está ocupada resolviendo las vicisitudes cotidianas, escuchando música de moda, mirando pasar el tiempo o bailando reguetón. Nunca he estado de acuerdo con esa afirmación, ya que los verdaderos artistas o simplemente aquellos que tienen unas ideas sobre el mundo y necesitan expresarlas nunca lo hacen pensando en cómo van a ser interpretados por los otros o si sus obras serán calificadas de artísticas o no.
José Ignacio Cabrujas, quien fue un creador en diversos ámbitos, nunca pensó que eso llamado “cultura”, “arte” estuviese alejado de las mayorías, por el contrario, al parecer, sus ganas de comunicar y de contar historias que sacudieran a una gran cantidad de gente lo convirtieron en un narrador. Al menos esa es la idea que he extraído del documental sobre su vida y obra en cartelera “Cabrujas, en el país del disimulo” de Antonio Llerandi (Adiós Miami, 1984) y Belén Orsini.
El documental de Llerandi está muy bien estructurado, pero más allá de eso y de los acertado que resulta sobre todo desde el punto de vista estético en algunos momentos, la historia de José Ignacio Cabrujas y sus opiniones son fascinantes, están llenas de una luz que te remueve internamente.
Toda vida es una apuesta, un dado lanzado al aire que nunca puede saberse que resultado tendrá, la de Cabrujas no fue la excepción, el relato de su existencia está lleno de curiosidades, brillantez, humor y originalidad. Es una historia improbable sobre un hombre que vivió tratando de mantener su libertad como principio inherente a cada etapa de su vida.
2- Belleza en lo simple: Manchester frente al mar (2016)
La vida es lo que pasa cuando intentamos no cometer errores y hacer lo mejor que podemos, no siempre las cosas salen bien, de hecho, muchas veces todo resulta un conflicto y una desgracia. En esta cinta las cosas pasan pese a las buenas intenciones.
A veces resulta curioso como la mayoría de la gente desea gozar de cierta notoriedad, sin darse cuenta de que son las historias comunes, marginales, minoritarias, las que tienen mayor brillo y por ende llaman más la atención en la pantalla grande. Hay que aprender a ver lo extraordinario en lo ordinario y eso es precisamente lo que logra esta película.
En “Machester frente al mar” Lee Chandler (Casey Affleck) tiene que enfrentar su pasado, sus fantasmas y a sí mismo luego de la muerte de su hermano.
A través de un muy buen manejo de las situaciones dramáticas, las que hacen del film lo suficientemente entretenido para no desear perderlo de vista y a la vez lo suficientemente denso para admirar la profundidad de sus planteamientos, Kenneth Lonergan, logra contarnos una historia de personajes aparentemente simples que viven situaciones complejas.
3- Musical feliz: La La Land (2016) La Ciudad de las estrellas
Damien Chazelle, director de “Whiplash” (2014) ha hecho otra película sobre su pasión: la música. En esta época, hablar de originalidad –en cualquier ámbito- es un poco absurdo, ni siquiera las ideas que creemos más elementales nos pertenecen del todo. A los seres humanos nos gusta robar, arrebatamos opiniones, formas y gestos constantemente, sin embargo, cuando se hace con pasión en el cine, el resultado es una cinta como esta, que se alimenta de todo lo anterior, pero transformándolo en algo nuevo.
En “La La Land”, Mía (Emma Stone) y Sebastián (RyanGosling) tratan de seguir sus sueños partiendo desde cero, como todos.
Chazelle usa las referencias básicas de un género en apariencia muerto y enterrado, para construir una historia de amor, fama y fortuna que tiene mucho de reflexiva y armoniosa. “La La Land” no es un musical al estilo de “Funny Girl” (William Wyler) protagonizada por Barbra Streisand en 1968, tampoco se parece mucho a los que hacía Vincente Minnelli, sobre todo porque el mood de la película de Chazelle es el 90% del tiempo alegre, incluso cuando ocurren situaciones poco felices. Y esto se agradece, esta es una cinta para sonreír y no por eso es boba, es una película para ser feliz, pero no por eso es intrascendental, es un filme para sentirse a gusto y no por eso es fácil. Es un espectáculo para los sentidos.
La segunda entrega de este listado continuará en las próximas ediciones de “Desde la Butaca”.
@luisauguetol