Utilizamos el tiempo para tener certeza de lo que hicimos, hacemos y haremos en este mundo.
Con el pasar del tiempo nos integramos en esta sociedad que funciona con el tiempo y de una manera u otra terminamos preguntándonos cosas sobre la hora, los días, ¿qué harás mañana?, ¿cuántos años tienes? Y así. Tú sabes, esas frases enteramente relacionadas con medir la vida.
Individualmente cada día, cada mes y cada año nos parece diferente. Cada época tiene sus particularidades, todas inventadas por nosotros, los humanos, claro.
Y hablando de particularidades, hablemos sobre lo que nos genera el mes número 12, diciembre.
Diciembre además de navidad nos prepara automáticamente para despedir al año viejo porque viene el nuevo.
¡Es algo mecánico! En lo que uno ve que se está terminando el calendario ¡PÁH! salen a relucir –como por arte de magia– los momentos más memorables que vivimos.
Intelectualizamos recuerdos, los clasificamos y separamos los agradables de los desagradables.
¿Fue un año triste o uno feliz? (se aceptan los puntos medios).
¿Tuviste más momentos buenos que malos?
Atrévete a responder, nadie puede juzgar esto que tú y yo estamos internalizando.
¿Qué te marcó?
¿Qué quieres rescatar para seguir aprendiendo de esa experiencia? Piensa en los aspectos positivos y no olvides los negativos.
Las respuestas llegan sin premeditación. ¿Cumpliste o no cumpliste con tus metas?
Si las preguntas no arrojaron el veredicto esperado, realmente no sufras porque ya no importa tanto. Escúchate y baila esta canción de Mika y relax take it easy, baby, el próximo año lo vuelves a intentar. Planifícate.
Si por el contrario te sorprendiste a ti mismo porque rememoraste un excelente año, felicítate y date un regalo porque todavía te quedan sueños por cumplir.
Yo, si DesdeLaPlaza.com lo permite, estaré aquí en #NoEstoy420 para el 2019.
Gracias por leerme y ya sabes, siempre puedes seguirme en ⇒ @Tropigalactica.
*inserta aquí sonido.de.Beso.muack.en.mp3*