La Soja (resumen de una charla del 2008)

Cuando existen muchas coincidencias se lleva a la sospecha de que no es por pura coincidencia, eso sucede con la producción agrícola. Hay muchas coincidencias que configuran como un plan, aunque no esté explicitado.

 

Hará unos quince o veinte años atrás, se empezó a hablar de una plantita que tenía todas las virtudes y que hasta podía reemplazar a la carne, era la soja. Ese porotito, que crecía de una planta que era prácticamente un yuyo, era la panacea. Fue un boom entre las comunidades que proponían una vida alternativa, se podían hacer empanadas usándolo como sustituto de la carne, leche, etc. (incluso dulce de leche, el que suscribe lo hizo), ¿qué pasó de esa plantita panacea a este boom que suscita hasta guerras de poder entre el agro y el gobierno, que es lo que se transformó?

La soja en los últimos años se ha convertido en el boom de la agricultura desplazando a productos tradicionales como el trigo o el maíz, dado el valor de la tonelada a nivel internacional.

Veamos cómo empieza y, vemos que para poder facilitar el cultivo, la empresa antes de ingeniería química y ahora de agroquímicos, Monsanto ha modificado genéticamente a la Soja y, la ha hecho resistente a los defoliadores y herbicidas, aún los más potentes. O sea que se puede tener una cosecha pura de soja, desechando a las otras hierbas, no hay que olvidarse que en última instancia la soja es eso, una hierba.

Pero ¿por qué se pasó del amor al odio a esta plantita de semillas redondas? Creo que como en todos los casos, no tiene la culpa el chancho si no el que le da de comer, y cada vez me convenzo más que los extremos se van del manejo humano, en este caso el cultivo de soja en extremo es malo, ¿por qué? Por un hecho fisiológico y lógico. Explicó: toda planta se alimenta de los nutrientes que aporta el suelo, “para producir una tonelada de granos, por ejemplo, son necesarios 79 kg de N, 19 kg de P2O5, 39 kg de K2O, 13 kg de Ca, 7 kg de Mg y 8 kg de Z, además de otros elementos esenciales (Gassen, 2003)”.

Es decir la soja utiliza muchos nutrientes y devuelve poco, lo importante es saber rotar y usar medios de cultivo sustentables para el suelo, es decir, la tierra es una fuente no renovable de recursos, el algún momento se agota si utilizó medios que favorezcan ese agotamiento, éste se producirá mucho más rápido: “El deterioro de los suelos no sólo se ha producido por el empleo de rotaciones pobres en aportes de residuos sino también por uso de agresivos sistemas de laboreo del suelo, como los basados en arados y/o discos pesados. Estos sistemas de laboreo han promovido las pérdidas oxidativas de materia orgánica, el deterioro físico y químico de muchos de nuestros suelos y lo que es más dramático, la pérdida del suelo por erosión”.

Además se están utilizando regiones para el cultivo que no son aptas, y que en última instancia llevan al deterioro de toda la región. “Los suelos de la Región Pampeana son, en general, menos vulnerables que los suelos de otros ecosistemas argentinos, como por ejemplo la Región Semiárida, el Noroeste y el Nordeste donde la expansión agrícola se hace a expensas del desmonte de tierras en zonas con suelos más vulnerables. El avance de la agricultura en estas áreas conlleva un mayor riesgo de deterioro de tierras, en comparación con zonas con mejor aptitud agrícola natural

Es decir, para ir sintetizando este punto, el cultivo excesivo de soja, dada por una ambición desmedida de ganancias de algunos argentinos que, los lleva a cultivar hasta en zonas no aptas y, que producen el desmonte de los bosques naturales y la desertificación de los mismos, es lo malo de la soja, no la soja misma.»

Aunque podríamos decir como punto a señalar en una serie de coincidencias, que tenemos una plantita que, paga mucha plata, que tiene un buen mercado y que es promovida por una multinacional que ha creado una semilla transgénica a la cual todo el mundo tiene que comprar, ya que es la única resistente a los herbicida.

El campo, incentivado por estas ganancias excesivas, se largó a un cultivo desmedido de soja, incluso en tierras destinadas al pastoreo, incluso, como se señalo antes, en tierras no aptas para un cultivo intensivo, pero eso no importa mientras se pueda vender a 900 o más dólares la tonelada.

El problema no es ahora, el problema es el futuro, Argentina era el granero del mundo, de acá a unos pocos años no tendremos producción ni para consumo interno, de igual manera pasa con la producción ganadera, la carne argentina era una de las mejores del mundo, porque era un ganado alimentado por pastoreo, ahora esas tierras son destinadas al cultivo de la soja, que paga más que el kilo vivo, y ¿el ganado? El ganado se cría en Feed-lot, es decir encerrados en un corral y comiendo todo el día, así se logra un engorde rápido y no se utiliza el campo que puede ser usado para sembrar soja.

Cuál es el cambio, bien, primero veamos, ¿qué comemos de la vaca? La carne, y ¿qué es la carne? La carne son los músculos de la vaca, ahora bien si yo tengo a una vaca encerrada todo el día, sin caminar, sin moverse, qué músculos va a desarrollar, obviamente ninguno, se produce un deterioro muscular con un incremento del tejido graso, es lo mismo que pasa con las personas, si una persona no se ejercita y come, pierde masa muscular y gana en tejido graso, en la vaca, como buen ser vivo y biológico que es, pasa lo mismo.

Ahora bien, con este sistema que se está implementando cada vez más, ¿seguiremos siendo el país de la mejor carne del mundo? Lo dudo, es más, la exportación va a caer por la caída de la calidad de la carne.

Ahora bien, ¿quién se beneficia con todo esto? Obviamente que no el país, obviamente que no los ruralistas, aunque ellos crean que si, a largo plazo, no van a quedar ruralistas porque no va a haber campos, ni agua para poder desarrollar el agro, pero en fin, son coincidencias, mera coincidencias que no marcan nada.