El sentido del humor, la inteligencia y la sensibilidad son algunos de los atributos que más valoramos en un hombre, ¿pero qué es lo que más nos erotiza del sexo opuesto? Algunas los prefieren maduritos con experiencia y muchas canas de seducción. Otras, jovencitos de espíritu alegre y aventurero. ¡Colágeno para el cuerpo!
Las invito a recorrer la geografía masculina y detenernos en cada uno de sus puntos.
Sea como sea, ¿quién de ustedes puede resistirse ante unos hombros anchos y una espalda angulosa? Ante este panorama, pueden regalarle a su pareja unos masajitos bien sensuales. Usen un rico aceite para recorrer con sus caricias toda la extensión de su espalda. No importa que no sean unas expertas masajistas, lo que cuenta es la actitud. El contacto con la piel es delicioso y mucho más si ustedes están desnudas. ¡Les encantará a ambos!
Para algunos hombres el área de las tetillas les provoca eróticas sensaciones. Atrévase a jugar con ellas.
Otra parte del cuerpo masculino que a las mujeres nos gusta mucho es la cola. ¡No digan que no! Unos glúteos y muslos firmes son erotizantes tanto en hombres como en mujeres. Anímense a acariciarlos. A ellos les fascina que los toquemos. Generalmente estamos más acostumbradas a recibir caricias que a propiciarlas. ¿Nunca les sucedió que su chico les bajara las manos para que le toquen la cola? Deberíamos ser un poquito más osadas. ¡Ellos estarán muy agradecidos!
Ojo que cuando hablamos de caricias no solo nos referimos a tocar con las manos, también podemos rozarlos con nuestro cuerpo desnudo. ¡Eso aumentará la temperatura del encuentro! Además, pueden besar, lamer, dar pequeños apretujones o hasta algún que otro pellizco. Eso sí, ¡todo con mucho cuidado! No queremos que le duela, salvo que él así se los pida, pero ese es otro tema.
Y si además quieren hablar y decirle cosas calientes mientras hacen todo eso, se convertirán casi en la amante perfecta. Se ha comprobado científicamente que escuchar palabras de alto voltaje erótico estimula la transmisión de dopamina, una hormona que juega un rol esencial en la excitación sexual. Esto significa que, usando las palabras indicadas, podemos aumentar la intensidad emocional y física de cada encuentro íntimo. Sin embargo, no me digan que nunca se les ocurrió que ese hombre que tanto les gustaba les preguntó «¿qué quieres que te haga?» y ustedes se quedaron mudas. Seguramente, habían imaginado miles de veces lo que deseaban, pero al momento de verbalizarlo no lograron decirlo. Sucede que a ellos se les da mucho mejor esto de hablar en la cama. En cambio a nosotras NO ¡Ánimo! Porque solo es cuestión de práctica.
Siempre les recomiendo a las mujeres que antes de atreverse a decir cualquier palabrita hot, primero la practiquen, si es que no se sienten con la confianza suficiente. Una vez que suene como a ustedes les gusta y la sientan natural, están preparadas para decírsela a su pareja. Recuerden que cómo lo dicen vale mucho más que lo que dicen; todo suena diferente entre jadeos y susurros. Pongan en práctica todos estos consejitos, independientemente que tengan unos añitos de más o sean jovencitos.