La población masculina cada vez más está sometiéndose a este procedimiento. Pero, ¿Qué se sabe de la circuncisión?, ¿Los penes circuncidados tiene más o menor sensibilidad? Muchas interrogantes, desde esta plaza del placer hablaremos de este procedimiento que ya no solo se realiza por tema religioso.
La circuncisión es un procedimiento quirúrgico que implica el corte circular de la piel que cubre el glande y que conocemos como prepucio. Se trata de una intervención bastante común, según datos de la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente un 33% de la población masculina mundial, mayor de 15 años de edad, ha sido circuncidada. Esta se realiza por razones médicas, religiosas y culturales, siendo especialmente común entre los judíos, los musulmanes en Oriente Medio y Asia Central, y relativamente en Europa y América Latina.
El prepucio es un tejido especializado compuesto por músculo liso, piel, vasos sanguíneos y lleno de nervios que cubre la cabeza del pene, teniendo como funciones principales el mantener la humedad del glande, proteger el roce del genital masculino o en el útero femenino, y aumentar el placer sexual.
Desde una perspectiva de salud, y dejando de lado los temas religiosos y culturales, las bondades de la circuncisión han sido a lo largo de la historia un tema de debate. Hay quienes afirman que se trata una práctica de orígenes bárbaros que suponen la eliminación de una parte de tejido sano y funcional del organismo, y que además estimula la aparición de infecciones de transmisión sexual y limita el placer sexual al generar una pérdida de la sensibilidad y la alteración en la lubricación natural del pene.
En contraparte, hay quienes afirman que esta intervención es beneficiosa para el organismo pues previene las infecciones del tracto urinario en los hombres, minimiza el riesgo de contraer VIH y de desarrollar enfermedades como el cáncer de pene. Quienes están a favor de la circuncisión aseguran además que esta no afecta de forma adversa la función o sensibilidad del pene o la satisfacción sexual.
Desde el punto de vista de la medicina, la circuncisión tiene unas indicaciones precisas relacionadas con prepucios muy grandes que no se retraen correctamente o impiden la salida normal de la orina; en casos de fimosis, una condición caracterizada por un prepucio demasiado estrecho que no permite al glande deslizarse durante la erección; y cuando es recurrente la presencia de parafimosis o infecciones crónicas.
Bien sea en niños o adultos, este procedimiento suele ser ambulatorio, se realiza con anestesia general y bloqueo de los nervios del pene, para disminuir el dolor postquirúrgico, y tras la extirpación del tejido se sutura con puntos reabsorbibles.
La circuncisión en la edad adulta es un procedimiento sencillo, sin prácticamente ningún tipo de riesgo, pero aun así despierta las reticencias de aquellos hombres que tienen que someterse a ella, por el temor a que su miembro sufra efectos como la pérdida de la sensibilidad durante el sexo.
Como en el caso de cualquier otra intervención quirúrgica, existen riesgos como: la necrosis o muerte del pene, las fistulas, anomalías por efecto de la cicatrización, cierre del orificio urinario, hipersensibilidad, hematomas, inflamación, y cicatrización queloide.
Mitos sobre la circuncisión
Mejora la higiene.
El prepucio puede infectarse si no está circuncidado.
Circuncidar a los bebés beneficiara su salud general.
El sexo es más placentero con un pene circuncidado.
La circuncisión no siempre es dolorosa.
Disminuye la probabilidad de lesiones
Aunque no son especialmente frecuentes, cuando los movimientos durante las relaciones sexuales son muy intensos pueden darse lesiones coitales, como las temidas fracturas de pene, que suelen terminar en bochornosas visitas a urgencias.
Éste y otro tipo de lesiones pueden darse tanto en hombres circuncidados como sin circuncidar, pero sí que es cierto que se ha observado que la extirpación del prepucio puede prevenir algunas, haciendo el coito más seguro en ese aspecto.
Aumenta la duración de los encuentros sexuales
Aunque la sensibilidad del pene no disminuye hasta el punto de hacer las relaciones menos agradables, sí que lo hace lo suficiente para retrasar la eyaculación, haciendo que el encuentro sexual sea más largo y, en la mayoría de casos, más placentero, tanto para el hombre como para su pareja.