Alcaloide
El alcalde
del pueblo
Imaginario.
Del vagón
Ayer
Cuando
Desnuda
Regalabas
Domingos
Malditos
Ni Humo
Ni Liebres
Ni aquello
Cállate
A oscuras
Que te
Vigilan
Las Sombras
En los ojos
Del Perro
Que se está riendo
De ti.
L.M.
..a
Donde viene la poca muerte a reír
Donde se quita el trapo
y se hace escombro
donde la luna pregona hiel
y dulce canción de urna vejestorio
y plumas del más cuerdo
y rancio cadáver que no le hallan morgue
o difunto palafito a la orilla de un lago
hambriento y contaminado contando barbas
estupros sin dueño y una que otra benevolencia
ahogada en cenizas
como si no fuesen necesarias.
Eruditas moscas fermentan el yesquero
el pulmón pide humo,
el corazón fuego,
el hígado lo vendo separado
se aceptan estafas
se sortean lutos
se compran chicharras
se reparan improperios,
se rascan sarnas,
inventadas crepúsculos,
masticándose intemporáneos,
vaticanos su frente humitrallada,
su poca sangre vendrá
bailara como la palabra en la boca de alguien
que no quiere hablar.
Reirá sin saliva
Será cortesía de un banco
o una brujería se hará carne
y luego se derretirá lavando lava
la corte celestial
el esófago irritado tragando la espina dorsal
del viento que llega sin alimentar
Pecado divino
Pea pecatro a tu vientre comulgo
Como ciempiés
Como sin escamas, lactancito le abrigo árboles o cien litros se come se mata se olvida se masca, se canta, se orina, como ápreñadas moscas al atardecer tocando pianos y vientres y nubes y siempres.
L.M.
Porque hablar solo es aprender a ladrar, 2015. Editorial La casa tomada. Editorial El Perro y la Rana.
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Sobre la polisemia del vampiro recae cualquier cantidad de historias que sangran por la nariz de una longeva existencia llena de oscuridad, pero sobre todo recae en una larga lista de representaciones que atraviesan el gótico latinoamericano de los años 90 y de toda una generación de poetas de la frontera, me refiero a la frontera Colombo-Venezolana.
De allí la llamada generación Dragones de Papel, donde se recogieron las voces de la poesía tachirense a finales de los 90 y se colearon algunas gárgolas de piedra, entre otras criaturas, una de ellas fue Lenin Marcano conocido por sus amigos como Pepe Grillo.
Hace algún tiempo, a la sombra de un frailejón, mimetizado con las piedras de la Cordillera Andina, recogiendo cunches de amaneceres y de haber rasgado el asfalto con la poesía, me contó cómo se hizo patriota de la patria grande, después de haberse recorrido Colombia caminando.
Su casa quedaba en el voladero de una de esas mesetas, haber vivido en una grieta lo vincula territorialmente con esta columna y podría ser la metáfora de una larga amistad suscitada por miles de encuentros fortuitos.
Después del cuento “La noche de los gatos fritos y los condones vomitados”, de oírlo en la misma esquina donde el hombre se parcha para escribir sobre los granos de arroz, me encontré siguiendo el rastro nómada una vez más a sus historias on the road, mientras ejercitaba la caligrafía.
Ser un artesano de la poesía o un poeta de la artesanía, le había dado ese dote, escribir sobre el arroz mientras recitaba o narraba sus cuentos y poesías.
El primer libro, Abran paso, abran fosas comunes es publicado en el 2001.
Se me acabo el mar, solo me quedan espinas, vino al año siguiente (2003), ambos fueron publicados por la misma casa editorial Nadie Nos Editará Más. Editores.
Durante más de 10 años hizo lecturas callejeras y colaboró también con las revistas Literarias Sujeto Almado y la revista Solar.
A este poeta se le puede conseguir donde lo dejen escribir y recitar escupiendo, malditasea, poemasos sobre la cara de la gente en lo alto de una cornisa.
Yo lo he visto volar entre campanarios, tejados y callejones, dejando caer un hilo de saliva blanca en la cara de la literatura gótica contemporánea de este país.
Su último libro, Por alguna u otra razón se masturban los colibríes, espera ser publicado este año por la Editorial El Perro y La Rana, quien funge de puente para dar a conocer su obra.