Nos la jugamos por la paternidad responsable. Por eso, después de tomar una pausa para atender asuntos personales, decidimos entrarle de nuevo a este proyecto que llamamos Yo Soy Tu Padre, convencidos en que la necedad es la cuna de los grandes proyectos. Tenemos la obligación hoy más que nunca de ser mejores padres, de orientar a nuestros hijos, de enseñarlos a luchar y conquistar sus sueños.
No la tiene nada fácil la generación que hoy levanta hijos en Venezuela, como seguramente no la tuvo fácil esa generación formada en la pobreza y la desesperanza de otros años. Pero de allí en adelante sólo queda camino por construir. De las cenizas que se encarguen otros.
Somos padres responsables en la medida en que disciplinamos, orientamos y prestamos atención a nuestros hijos. Cuando les enseñamos valores, cuando les permitimos crecer en la infinita bondad del amor familiar, cuando les brindamos estabilidad afectiva. Somos padres responsables cuando les damos tiempo, atención y dedicación. Sostengo que aquella oferta publicitaria de ser “padres que dan tiempo de calidad”, se hizo para esclavizarnos al trabajo y restarnos ese tiempo de ocio que merece la relación de padre e hijo.
Muchos dirán que con la crisis que nos sobrepasa, esas cosas son imposibles. Les respondemos que ninguno de nuestros hijos nos pidió venir al mundo, por lo tanto es nuestra responsabilidad y deber sacarlos adelante en medio de las peores dificultades. En caso contrario, los padres en países como Siria, Libia, Afganistán, Palestina y tantos otros azotados por la guerra, debieron rendirse desde hace rato. No lo han hecho, no lo hacen, no lo harán.
Nuestros hijos son la razón para seguir, para empujar este carro que somos todos y que se llama Venezuela. Con esa conciencia hay que llevar ese carro hacia adelante con nuestros hijos a bordo y construir una sociedad mejor para ellos.
Una nueva paternidad
Desde que comenzamos con este proyecto comunicacional para formar conciencia sobre la paternidad responsable, hemos tenido la ocasión de comprobar que no estamos solos en la lucha. Son cada vez más los padres involucrados y las madres conscientes de formar hogares donde el hombre no es sólo un proveedor o el que pone los castigos más duros.
No estamos locos, ni somos hombres sometidos los que cambiamos pañales, los que bañamos a nuestros hijos desde el primer momento o quienes les enseñamos (junto a mamá) las cosas más sencillas y complejas de la vida, como relacionarse afectivamente. El tiempo del papá de adorno debe irse para nunca más volver a nuestra sociedad.
Necesitamos padres presentes y en ejercicio de su paternidad. Necesitamos madres que estimulen ese apego paternal, que quienes lo practicamos, decimos con orgullo que es tan grande como el amor de mamá. Debemos parar ese absurdo de etiquetar las funciones de madre y padre y contribuir a que nuestros hijos normalicen que sus modelos a seguir trabajan en equipo y son parte de un todo.
Desde Yo Soy Tu Padre seguiremos abriendo espacios para estas y otras discusiones relacionadas con el tema. Por el momento, gracias a Desde La Plaza por brindar una segunda oportunidad a nuestras ideas.