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La calle como territorio dialógico

“El pueblo unido y organizado

 jamás será vencido

¡Es momento de dar

batallas por la paz!”

Hugo Chávez

Después de observar las reuniones realizadas en República Dominicana, por una oportuna convocatoria del presidente venezolano Nicolás Maduro, quien ha demostrado su firmeza y abnegación por la paz en Venezuela y el mundo, uno concluye que es la calle el mejor territorio para el diálogo y la construcción de un mundo mejor.

Las luchas planteadas por la Revolución Bolivariana -esas que nacieron luego de la pérdida de la primera República en su casi efímero período, del 19 de abril de 1810 y hasta el 30 de julio de 1812 con Simón Bolívar, su propulsor, en la mitad de su combativa vida- así lo han demostrado entre avances y traspiés, con espadas, fusiles y amor por bandera.

“Es momento de dar batallas por la paz”, nos dice el más bolivariano de los guerreros del siglo XXI, Hugo Chávez, quien supo recuperar el sentido de las más complejas luchas por tener al mejor de los gobiernos, el de “la mayor suma de felicidad” compartida entre iguales, como lo soñaba el mismísimo Bolívar. Ese contemporáneo libertador que supo entender y contagiarnos, del aprendizaje que encierra el no quedarse en  las metas socialmente alcanzadas sino que la batalla es por la Patria socialista.

Una lección de calle, de soldado que fue arañero, campesino, trabajador y disposicionero, siempre con la irreverente y cuestionadora luz robinsoniana como guía, para no desclasarse jamás: íntegro proletario.

De él, de su ejemplo capaz de increpar a quienes se creen grandes y de tender la mano a los humildes, aprendimos que la mejor cátedra para la emancipación es, definitivamente, la calle. Allí es donde el diálogo es auténtico y entre iguales. Sin mesones ni alfombras rojas, sencillamente, entre iguales. Territorio dialógico donde las conclusiones y acuerdos están signados por el compromiso de clase de los dialogantes (aunque pueda sonar redundante).

Ilustración: Xulio Formoso

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