¿Quién no ha notado que todos comemos lo mismo? Básicamente los alimentos que todos consumimos son los mismos, están englobados en una pequeña gama en comparación a la cantidad de recursos variados que existen, se estima que hay unas 80.000 especies de alimentos vegetales comestibles y algunos cientos de origen animal, aun así nos reducimos a un estándar global, que escasamente llega a unos 40 tipos de alimentos.
En todos los supermercados de nuestro país, como de la mayoría de los países conseguimos básicamente lo mismo, entendiendo que aún en algunas partes del mundo se conservan culturas que han logrado trascender con sus maneras de alimentarse y se diferencian por el uso de otras variedades de alimentos, por supuesto no son tantos.
El estándar alimentario que vemos hoy en día se debe a una manera de dominio que ha sido planificada minuciosamente, y que aunque parezca cuento de camino, está siendo aplicado con estrategias muy efectivas.
Se dice que el 90% de las semillas que se siembran en el planeta son producidas por solo 4 empresas, que el 75% está bajo el control de 2 de esas empresas, solo un 10 % son semillas autóctonas de cada región y son producidas en escalas insignificantes.
Las marcas de alimentos que vemos en los supermercados de nuestro país, las vemos en casi todos los países del mundo, y el estándar de platos estimulado para el consumo son cada vez menores, simplemente para darnos cuenta de eso basta con ir a un supermercado y ver la variedad de alimentos que conseguimos, o ir a la calle a ver los tipos de comida que se venden en restaurantes y nos daremos cuenta que aunque parezca variado solo elegimos entre la mejor hamburguesa, la mejor pizza o comida árabe, entre otras como la italiana, española, mejicana o china.
A través de estrategias mediáticas, como películas, series de televisión, propagandas entre otras, se ha ido estimulando una cultura global que va cambiando nuestras culturas propias y así nuestros hábitos de consumo, reduciendo al mínimo la variedad de alimentos que se consumen, haciendo parecer como variedad la cantidad de marcas existentes de unos pocos estilos de comida.
Al reducir dicha variedad y estandarizar la cultura de consumo alimentario, se facilitará el control de los medios de producción de los alimentos consumidos, ya que es mas fácil controlar la producción de millones de toneladas de un solo rubro que controlar millones de rubros en pocas cantidades de producción, desde esta lógica es fácil entender el porqué de lo que consumimos.
El plan es sencillo, estandarizar la cultura global, controlar los medios de producción, controlar los medios de procesamiento y distribución, con el fin de controlar fácilmente al ser humano a través de la comida.
Nos puede faltar la ropa, la tecnología, un techo, pero jamás la comida, es tan básico y simple como lo planteo aquí.
En 1973 el político germano-estadounidense de gran influencia en la propuesta del nuevo orden mundial Henry Kissinger, pronunció una frase que demuestra esto que hoy explico en estas líneas, cita textual “CONTROLA LOS ALIMENTOS Y CONTROLARÁS A LA GENTE; CONTROLA EL PETRÓLEO Y CONTROLARÁS lAS NACIONES; CONTROLA EL DINERO Y CONTROLARÁS EL MUNDO”.
¿Quién puede dudar entonces de que existe un plan global de estandarización de la cultura alimentaria con el fin de controlar la humanidad?
Por eso la tarea aunque no sea fácil de hacer y lleve muchos años en ejecutarse, es aprender a producir nuestros alimentos empezando desde el control de nuestra propia semilla y nuestra propia genética animal, redescubriendo aquellos alimentos autóctonos en nuestras tierras y empezando a reproducir sus semillas, aprendiendo a hacer siembras programadas de dichos alimentos y entendiendo que hay que desarrollar un plan de procesamiento, distribución y estímulo al consumo basados en nuestro potencial productivo.
La única manera de ser libres es produciendo lo que nos comemos sin necesidad de importar ni siquiera las semilla, el desarrollo de tecnología para el estudio de la genética de alimentos en nuestro país, es tan fundamental para nuestra existencia como el control de la economía o de nuestros recursos naturales.