Cuando han pasado 40 años de la rebelión popular que se inició con una chispa en la ciudad mirandina de Guarenas, aquel amanecer del 27 de febrero de 1989, más que celebrar un despertar oportuno es hacer un recuento de las luchas nuestroamericanas enfrentando al neolibralismo.
La conciencia de clase, esa especie de alma del pueblo proletario que es antítesis del movimiento histórico dialéctico en su enfrentamiento histórico contra la explotación capitalista, a veces nos depara sorpresas. De alguna parte esa conciencia nos muestra su esencia y las enseñanzas que encierra.
Al poco tiempo de producirse el Caracazo -el telúrico estallido social que era inimaginable desde la simple arrechera (rabia, coraje) de unos pasajeros de transporte público que comenzaron por negarse a cancelar un desorbitado incremento en el costo de un servicio, inoperante, inmundo, desvencijado y hasta despótico, concebido para “atender al pueblo” desde los planes imperiales, en ejecución por el FMI y el Banco Mundial- algunas luces comenzaron a iluminar las enseñanzas de un nuevo perfil de la lucha de clase. La más cercana sistematización de aprendizajes mundiales, en distintos escenarios, comenzaría a asentarse con la convocatoria y realización, en julio de 1990, del Foro de Sao Paulo (al reunir a 48 partidos y organizaciones que representaban distintas experiencias y matrices político-ideológicas de toda Nuestramérica (latinoamerica y el Caribe).
El Foro, convocado inicialmente por el Partido de los Trabajadores (PT de Brasil) como encuentro de movimientos y partidos de izquierda del continente, se propuso revisar la nueva coyuntura política y de lucha de clases, luego de la caída del Muro de Berlín y la proliferación de paquetes neoliberales de dominio, al estilo de los pretendidos en Venezuela en franca connivencia con el gobierno que presidía entonces el tristemente célebre Carlos Andrés Pérez.
Por segunda vez (la primera fue en 2012, estando vivo el Comandante Chávez y en la jefatura del Estado) el territorio venezolano es asiento de este emblemático Foro que se convoca en medio de las más recias medidas imperialistas en contra de los movimientos populares y los países que, como el nuestro, perseveran en las luchas sociales por un mundo multipolar y en contra del pensamiento único entronizado de manera supremacista en EEUU, el Estado sionista de Israel y todos los “satélites” agrupados en la Unión Europea.
La Caracas antineoliberal que sorprendió al mundo en febrero de 1989 ha mantenido encendida, desde entonces, su llama de resistencia y rebeldía. En gran parte, es el liderazgo del Comandante Hugo Chávez, quien se alza en rebelión popular en 1992 bajo el espíritu de los acontecimientos del 27-f del 89 y desarrolla la Revolución Bolivariana al convertirse en gobierno democrático, participativo y protagónico, desde 1989 y hasta el presente, con la sucesión -igualmente democrática- del actual presidente Nicolás Maduro, quien gobierna a Venezuela bajo los mismos principios socialistas, anticapitalistas, antineoliberales y por un mundo mejor.
El Foro de Sao Paulo se concentra en Caracas, la ciudad capital de un pueblo que es hoy referencia para el mundo, para las izquierdas y para el socialismo como sociedad de la esperanza, de la libertad y de la independencia definitiva.
Ilustración: Iván Lira