Últimamente he leído mucho por ahí que las personas que aún seguimos en Venezuela «estamos locas», refiriéndose a esa afirmación en diferentes sentidos: Estamos locos porque aún «aguantamos» toda la situación de decadencia por la que pasa el país y no hacemos nada al respecto, estamos locos porque no nos proyectamos un futuro mejor en el extranjero, estamos locos porque seguimos estudiando o trabajando aquí, pero el que más me ha hecho ruido de estos es que estamos locos porque ahora muchos de nosotros «vendemos hasta el aire que respiramos».
Explico: desde siempre, mis padres me enseñaron a valerme por mí misma, mi primer trabajo fue quizá a los 15 años, y desde entonces he aprendido muchas cosas, pero lo más importante es que TODO tiene un valor, por lo tanto se le puede colocar un precio, y siempre va a existir alguien que pague por obtener eso que para otros vale poco o no vale nada.
Se llama comercio, llámalo cómo tu quieras hoy, pero así es y ha sido desde la época de matusalén.
Sigo aquí intentando mil y un cosas, soñando, creando, probando, sin ninguna intención de dañar u ofender a nadie, es mi manera de obtener las cosas que quiero y me ha funcionado hasta ahora, si eso te parece una locura, no te gusta o te desagrada, no es mi asunto, puedes ir y darme «unfollow» en todas mis redes, despreocúpate de lo que hago yo y ocúpate de lo que haces tú.
Quise escribir esto aquí para que quede plasmado por largo tiempo, pues lo publiqué en mi Instagram y tuve muchas respuestas de personas que se identificaron con lo antes expuesto, iniciamos conversaciones y pude observar que no estoy sola, que no soy la única que se queja de esta situación, es como si nosotros los que seguimos aquí y «vendemos hasta el aire que respiramos» de alguna manera sufriéramos una especie de bullying informático.
Es algo que no debería afectarnos, pero la verdad es que molesta, porque lo que tú te estás tomando en serio otro lo critica, se burla o lo discrimina.
Sin dejar de contar que, muchos de los que se fueron del país cuando conversan con los que aún seguimos aquí, siempre vuelcan el tema de conversación hacia «Y cuándo piensas irte de Venezuela» , o te dicen cosas como «Ah que bueno que estés emprendiendo algo, o aprendiendo algo nuevo, pero eso no te va a servir de nada mientras sigas allá», y así interminables frases que insinúan que tu tiempo está perdido o vas directo al fracaso si sigues en Venezuela.
Ahora yo pregunto: ¿Qué es lo que les sucede? Estoy en mi país haciendo de todo, y entre ese todo muchas cosas que me gustan, cerca de mi familia y apreciados, obteniendo una educación de calidad, y trabajando dignamente; y cito aquí algo que me escribieron por Instagram: «pareciera que hay una policía de cómo vivir la vida». Se volvieron personas verdaderamente llenas de odio y esa intolerancia es la que tarde o temprano va a pasarles factura.
Si a ti que estás fuera te está yendo muy bien con un solo trabajo o creaste tu propia empresa, pues felicitaciones me alegro mucho de verdad, no me gusta saber que quiénes no están aquí, están sufriendo por allá quién sabe dónde. Si tú que estás aquí en el país estás pasando trabajo, pues te invito a buscar soluciones y sacarle provecho a cualquier problema.
En fin, ya basta de ser criticados, nacimos aquí y si nos da la gana seguimos aquí.
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