El neoliberalismo, esa fase superior del capitalismo que los pueblos del mundo padecemos en la actualidad, deja de lado la producción para centrar su acumulación de capital en la especulación. El intercambio de mercancías, en el que todo se objetiva y hasta los individuos son convertidos en moneda para poder “circular” en el mercado, ahora da paso al “prestigio” publicitario y lo que cuenta para el neoliberalismo, de manera prioritaria, es la etiqueta en el producto y no el producto en sí, ni su valor de uso.
Frei Betto, intelectual orgánico de clase, de origen brasileño, explica este fenómeno indicando que “el neoliberalismo ya no se preocupa con la inclusión de todos en el mercado” pero si que haya mayor dinero intangible y sin reservas de soporte probado, “en manos de los actuales consumidores”. Consumidores que son cada vez menos pero más privilegiados que concentran en sus manos más del 50 por ciento de la renta. “Por eso crece la producción de bienes superfluos, ofrecidos como si fuesen mercancías imprescindibles”.
El capitalismo, a lo largo de sus más de 500 años de dominación ha realizado diversos acomodos y recurrido a las guerras, la represión y la manipulación hegemónica, con el afán de perpetuar su explotación de la humanidad, a través de las y los trabajadores directos que deben vender su fuerza de trabajo. Pero, en una nueva modalidad de extorsión masiva, el neoliberalismo aparece en este contexto “prehistórico” reduciendo la acción del Estado como “regulador de los contratos jurídicos y represor de los sectores descontentos, los excluidos, que pagan con la vida la cuenta de aquellos que viven en islas de opulencia”, resalta Betto.
Ante todos los embates renovados por el capitalismo en sus momentos finales, la vigencia de la implacable terquedad de Carlos Marx, nos convoca para celebrar, en el venidero 2018, los 200 años de su nacimiento y, con él, el fortalecimiento de su crítica, las propuestas de la superación del dominio y hegemonía del capital, así como el surgimiento de una cosmovisión que, desde la perspectiva del proletariado, nos llevará a la victoria de la clase revolucionaria en sí, en el camino hacia la liberación de la humanidad, en y con las relaciones con la naturaleza y por la salvación del planeta.
Feliz cumpleaños al viejito de Treveris y feliz esperanza para quienes no tenemos otra cosa que perder, sino las cadenas de esclavitud con las que el capitalismo, todavía nos ata.
Ilustración: XulioFormoso