La originalidad no existe, todo ya ha sido contado. Sin embargo es importante el enfoque que se le da a las historias, la forma en que los realizadores aportan para darle una visión renovada a un tema conocido. Cuando son capaces de ver “el otro lado de las cosas” como decía el escritor argentino Julio Cortázar, generan una nueva óptica sobre un tema muchas veces expuesto. En ese momento surge la creatividad, una característica inherente al buen cine.
Los realizadores creativos siempre buscan la forma de volver a ciertos planteamientos sin que nos demos cuenta de que hemos presenciado sus anteriores recreaciones. La creatividad genera valor, en la vida y en el cine representa ganas de renovación.
Precisamente eso es lo que no existe en “Life, Vida Inteligente”, pues viene a ser una película que se sostiene bajo un millón de tópicos relacionados con el cine de ciencia ficción. Una cinta que no es capaz de reinterpretar una temática en la que ya se han basado miles de veces para hacer filmes triviales sobre criaturas del espacio que asesinan a incautos astronautas.
En “La Esfera” (1999) película de ciencia ficción dirigida por Barry Levinson, la creatividad de sus planteamientos redescubre un sinfín de ideas que seguramente ya conoces, pero que en este filme reaparecen retando un poco al espectador. En “Solaris” (1972), Andréi Tarkovski propone una serie de temas que exponen un impulso creativo que sobrepasa a la misma película. Nada de esto ocurre en “Life”.
La ciencia ficción amerita de un argumento que este basado en “la realidad”, pero no necesariamente en la de todos los días, en los precios de las verduras o la situación económica, en la realidad (cualquiera que esta sea) de sus protagonistas. Si me vas a contar una historia sobre astronautas, lo mejor es que tengan alma, personalidad, que haya detrás de todas las explosiones en el espacio y la linda fotografía una idea que sustente la razón de ser de la película.
En “Life” ni siquiera Jake Gyllenhaal pudo romper el hechizo que hace de esta cinta una nueva versión de “Alien” sin su creatividad y sentido estético. Sin el ingenio de la original.
Todo lo que está bien cuidado en esta cinta: el vestuario, la fotografía, la edición, los efectos especiales y las actuaciones, queda relegado por la ausencia de un buen guión. Además, quedan muchas preguntas en el aire durante todo el filme, cuestionamientos sobre una historia que termina siendo una anécdota inconclusa. Deja muchas dudas sin respuesta, huecos que desnudan lo insustancial de la trama.
Esto no es “Gravedad” (2013) de Alfonso Cuarón, un buen ejemplo de cómo filmar lo conocido con una visión creativa y una mirada curiosa. “Life” es simplemente un remedo de lo que debió ser una buena película.
Daniel Espinosa, su director está acostumbrado a filmar con los mejores actores y con la ayuda de una buena producción, sin embargo lo hace con frialdad. Su película “El invitado” (2012) es otro ejemplo de como los efectos especiales y las buenas actuaciones, están supeditadas a un libreto que realmente cuente una historia creativa sobre cualquier cosa, la vida en la tierra, el sistema solar, los astronautas, marte o el destino del universo.