No conozco el motivo, pero la mayoría de la gente no parece tener interés por el pasado. Vivimos presos del presente, vemos las películas que se estrenan este año, comentamos las novedades en cartelera y solamente volteamos la mirada hacia alguna actriz “de otra época” cuando ya ha dejado de existir en la nuestra.
Jeanne Moreau falleció recientemente y ese día, a pesar del acontecer nacional que todo lo inunda, fue trending topic de twitter en Venezuela. La noticia de su muerte, los avances sobre las películas que protagonizó, sus amores y fotografías, fueron por un momento parte de la conversación de muchos en la red del pajarito azul. Antes de su fallecimiento nunca vi ni una sola noticia sobre algunas de sus películas ni en esta u otra red social.
Estoy segura de que nadie –o muy pocos- luego de tuitear sobre la actriz francesa, vieron algunas de sus cintas. Verlas habría representado un esfuerzo mayor que comentar la nota de su fallecimiento. Además, realmente el interés no lo despertó Moreau, su vida o filmografía (perteneciente a otra época) la noticia de su muerte, es decir, un hecho acontecido en el presente era lo importante.
Ignorar el pasado es una tendencia mundial (sobre todo en América Latina, en otros países del mundo los íconos culturales, propios y ajenos, tienen una vigencia que asombra, tal es el caso de Elvis Presley) que quizás tiene lógica, si pensamos que nos relacionamos de primera mano con nuestro tiempo, ya que obviamente es el que tenemos más a la mano.
Sin embargo, no deja de parecerme un verdadero desperdicio la ignorancia que existe sobre los actores, actrices, directores, que poseen una carrera llena de obras brillantes. En nuestra época, la perversa obsesión por la novedad nos ha hecho esclavos de un presente que puede resultar limitante.
Los amantes del cine o aquellos que realmente dicen relacionarse con los discursos que generan las películas, no deberían tener esa odiosa manía por estar “al día” de todo lo que se estrena. O al menos no deberían restringir su universo cinematográfico de esa forma.
Las películas “nuevas” no son las únicas que existen. El pasado está lleno de actores, actrices, directores “desconocidos” que pueden impactar tu presente del mismo modo en que lo hicieron en su tiempo ya lejano.