Por: Luisa Ugueto
Para Woody Allen es fundamental que quien filma escriba sus guiones: “todos deberían escribir sus películas. Si no, simplemente eres un director de comerciales, no un cineasta”, le dijo en una entrevista al escritor chileno Alberto Fuguet.
Si nos dejamos llevar por esta definición que hace el director norteamericano, el cineasta autodidacta venezolano Jackson Gutiérrez, quien escribe, dirige y actúa en sus películas queda muy bien parado. Sin embargo, el cine de Gutiérrez ha sido vilipendiado por algunos críticos, de sus películas se ha dicho de todo, tienen un sinnúmero de detractores, aunque también fanáticos, gente que se conecta con sus historias.
El cine del director de “Azotes de Barrio”, “Caracas: las dos caras de la vida” y otras cintas que retratan la violencia en los barrios caraqueños es independiente, hecho desde las ganas, la pasión, la creatividad y con muy pocos recursos económicos.
Si pensamos en el cine como representación de la realidad y hecho colectivo que busca retratar las historias de diversos grupos sociales, quizás no nos parezca tan traído de los cabellos que alguien como Jackson Gutiérrez haya comenzando a hacer películas con cierto éxito, evidenciando las historias que seguramente nadie que no haya vivido en un barrio conoce.
Gutiérrez no estudió cine, ni fotografía, tampoco guión en una universidad, sin embargo se ha tomado en serio esto de filmar. Hace poco se estrenó su película “4 Esquinas” actualmente en cartelera, una historia pariente de sus anteriores filmes con un tema reiterativo: la violencia en el escenario de un barrio caraqueño. Claro que, en este caso, se busca reivindicar la historia real del basquetbolista Juan Manaure.
Sí, quizás las historias que plasma Gutiérrez en su filmografía podrían ser juzgadas como poco originales, pero es que tal vez algunos cuentos extraídos de la realidad en Venezuela no pueden ser originales. Aquí la prosaica, ramplona, pedestre realidad supera a la ficción. Los detractores de Gutiérrez dicen que no sabe filmar, que sus películas tienen graves problemas técnicos. Suponiendo que es así y que los errores de sus cintas son evidentes, podríamos decir lo mismo de otra clase de películas dirigidas por los llamados cineastas profesionales, esos que son intocables, vacas sagradas que compran premios y que son amigos de los que hacen la crítica.
En el caso de Gutiérrez, su nivel de observación y su autenticidad al plasmar unas formas de vida que parece conocer muy bien le brindan a su filmografía una buena dosis de verdad y naturalidad. Particularmente siempre he pensado que el mayor acierto de sus películas, más allá de lo anecdótico, es que tienen un guión muy bien estructurado. Aunque la puesta en escena del mismo presenta algunos problemas, supongo que por el escaso presupuesto con el que cuenta. Decía Mauricio Walerstein que “lo fundamental cuando se escribe un guión es la estructura, es decir, qué va a pasar de la secuencia 1 a la 110” y eso parece estar muy claro en las películas de este director.
Sí, la mayoría son cintas sobre malandros. Sí, en todas hay violencia. Sí, hay crimen. Sí, son historias que dibujan realidades sórdidas de barrios caraqueños, y sí, para colmo, los personajes dicen millones de groserías, pero ¿qué le vamos a hacer? Si Woody Allen escribe y filma sobre el mundo intelectual de Nueva York, la poesía, los psicoanalistas y últimamente de sus diversas interpretaciones de “Crimen y Castigo” de Dostoyevski será porque eso está en su universo.
Cada quien filma de lo que conoce, después de todo el cine se trata de contar historias que reflejen a quienes las llevan a cabo y a su entorno. ¿No hacía lo mismo Clemente de la Serda? ¿Qué es “Soy un Delincuente” entonces?
Nos guste o no la cinematografía de Gutiérrez, tiene el valor del atrevimiento y merece el respeto que se gana todo aquel que se atreve a hacer algo con sus propios medios y según sus propias circunstancias. Respeto el trabajo de quien sale a la palestra sin caretas, decir tu verdad tiene mucho mérito.
La película “4 Esquinas” sigue en cartelera para todos los interesados.