Una buena película no termina cuando sales de la sala de cine, por el contrario, quizás comienza a tomar sentido luego, sus imágenes e ideas siguen en tu cabeza días después. Puede que alguna pésima también te deje pensando, pero nunca del mismo modo, una buena cinta resuena como un eco que te habla de ti mismo, pues finalmente, conectamos en el cine con aquello que se parece a nosotros o nos habla de lo que nos interesa.
En ¡Madre! Darren Aronofsky usa un sinfín de metáforas e imágenes para hablar de una serie de temas que ya han formado parte de su filmografía, pero que en esta su última cinta cobran un sentido y una emoción diferente, ya que ahora toma un camino más difícil donde el desarrollo metafórico de sus ideas llega a confundirte, además de generarte angustia.
Protagonizada por Jennifer Lawrence y el formidable actor español Javier Bardem, la cinta puede parecer una obra del teatro del absurdo, y aunque Aronofsky no pretende ser Samuel Beckett o Ionesco, demuestra que el arte para que sea sincero debe ser libre y no dejar que el miedo impida crear un discurso que pueda resultar inconexo para muchos. Pero que en su esencia esconde las inquietudes y apreciaciones de su realizador.
La película de Aronofsky no se parece a otras de las que ha hecho antes, que aunque plantean ideas y conceptos que podrían tildarse de existencialistas o subjetivos, poseen una anécdota que juega con el público y le permite aceptar la historia que se presenta, ya que están estructuradas en un discurso más o menos ordenado. Recordemos “El cisne negro” (2010) donde todo sucede dentro de una narración que está sujeta a cierto orden, en ¡Madre! ocurre lo contrario, hay una secuencia inicial que parte de una premisa que tiene un sentido (la historia de una pareja) que luego se va desvirtuando o modificando.
Sin embargo, aunque pueda parecer que no es así, en esta cinta ningún elemento está colocado al azar, cada una de las situaciones que se presentan cobra un sentido al final, aunque quizás no necesariamente sea el que deseaba darle el director. Esta es una película donde como espectador debes encontrar las herramientas para descifrar tu propio sentido y darle la lectura que se adapte más a tu forma de pensar.
Uno de los elementos que hace fantástica está película, además del juego de tramas y subtramas, situaciones alocadas y metáforas reiterativas, son las actuaciones, da gusto ver la forma en que interactúan todos los actores. Michelle Pfeiffer está muy bien, su personaje es inquietante, al igual que Ed Harris, Bardem, Jennifer Lawrence y el resto de actores secundarios.
En un momento de la cinta se dice que el artista necesita crear porque el mundo no es suficiente, teniendo presente esta idea creo que ¡Madre! es una buena oportunidad para involucrarnos con una historia que sugiere mucho y te permite que hagas un ejercicio introspectivo y de imaginación. Completar el discurso del realizador, tratar de armarlo puede ser muy beneficioso, después de todo, a veces también vemos películas porque el mundo no basta.
Calificación: Excelente.